Un temblor de 6,4 grados a un chileno ni siquiera lo saca del baño, pero en California sus habitantes se asustaron. El sismo que se registró a las 10.33 horas local fue bautizado como el “terremoto del 4 de julio”, el día de la independencia de EEUU durante el cual sus habitantes tienen feriado y aprovechan de compartir con la familia.
Muchas personas registraron con sus teléfonos el movimiento telúrico, y como la profundidad del sismo fue de sólo 8,7 kilómetros, el movimiento se sintió más fuerte de lo que marcaron los registros del Servicio Geológico Norteamericano que en las primeras tres horas registró más de 40 réplicas de menor intensidad.
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El temblor fue el más fuerte de los últimos 20 años, pero su epicentro fue en un área poco poblada del desierto de Mojave, a unos 240 kilómetros al noreste de Los Angeles.
En 1994 hubo un terremoto de 7,1 grados en Northrige, al norte de la ciudad, que provocó 57 muertes y causó graves daños en autopistas y viviendas.
En California sus habitantes viven esperando un mega terremoto en la falla de San Andrés, que incluso ha inspirado a taquilleras películas, pero el sismo de hoy estuvo lejos de eso y no provino de la falla.
La sismóloga Lucy Jones, de la Universidad Tecnológica de California en Pasadena, tuiteó poco después del terremoto de este jueves que no se trataba de la falla de San Andrés.
No se reportan daños materiales en Los Angeles, sólo algunas casos de crisis nerviosas, y tampoco hubo alerta de maremoto.
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