BOSTON (AP) — El accidente acabó con la vida de una joven mujer y con las esperanzas presidenciales de un hombre.
El Oldsmobile del senador Edward M. Kennedy se salió del camino en un estrecho puente de la isla de Chappaquiddick, una extensión de Martha’s Vineyard, frente a la costa de Massachusetts, y cayó en un estanque hace 50 años el jueves. Su pasajera, Mary Jo Kopechne, de 28 años, se ahogó.
Kennedy, de 37 años por entonces, sobrevivió, pero sus ambiciones presidenciales no. Esperó diez horas antes de llamar a la policía y el resto de sus días lo acosaron con la pregunta de “¿por qué?”.
Medio siglo después, lo que pasó y lo que no en Chappaquiddick Island el 18 de julio de 1969 sigue fascinando y frustrando a la gente.
“Cada vez que se cumple un aniversario, es como si hubiese sucedido ayer”, dice Leslie Leland, quien presidió el jurado investigador, en una entrevista telefónica con la Associated Press desde su casa en Vineyard.
Leland, quien hoy tiene 79 años, era un joven farmaceuta en la isla cuando se vio arrastrado por el accidente. Recuerda haber recibido amenazas de muerte y protección policial las 24 horas del día, y dice que todavía le frustra el que el juez se haya negado a citar a declarar a las personas que estuvieron en la fiesta a la que había ido Kennedy o a compartir documentos de la investigación, afectando los esfuerzos del jurado investigador por determinar si Kennedy había estado bebiendo.
“Si se nos hubiese permitido hacer las cosas bien, habría sido encausado y se habría solicitado un juicio”, expresó. “No se hizo justicia. Hubo muchas discrepancias, pero no nos permitieron hacer las cosas bien para llegar a la verdad, cualquiera haya sido esta”.
“Yo era joven y creía en el sistema”, agregó. “Creía que a todos les aplicaban las mismas reglas. Aprendí que no es así”.
Kennedy manejaba el vehículo tras asistir a una fiesta. El auto cayó en las aguas frías del estanque y Kopechne quedó atrapara adentro. La mujer había participado en la campaña presidencial del hermano de Kennedy, Robert, quien había sido asesinado el año previo en Los Ángeles durante las primarias presidenciales del partido Demócrata en California.
Kennedy logró salir del auto y dijo que trató en vano de rescatar a Kopechne. Posteriormente afirmó que el no haber llamado a la policía por 10 horas era algo totalmente “injustificable”. Lo atribuyó a la fatiga, el shock y una conmoción cerebral.
La nación estuvo también conmocionada. Pero se distrajo con el histórico alunizaje de la Apolo 11, que hizo pasar a segundo plano el accidente. Kennedy, quien insistió en que no había bebido, se declaró culpable de dejar la escena de un accidente y recibió una condena a dos meses de cárcel en suspenso. Nunca fue acusado de delito alguno.
Para la familia Kopechne, la amargura dio paso a un deseo de honrar la memoria de la muchacha contando la historia y entregando becas a estudiantes brillantes en su nombre, dijo William Nelson, primo nacido tres años después de la muerte de Mary Jo. Su padre falleció en el 2003 y su madre en el 2007.
“Queremos que la vida de Mary Jo tenga un significado”, indicó Nelson, de Slatington, Pensilvania. “Pasó a la historia como la chica del auto. Todo giró en torno a Ted Kennedy. Ella hubiera hecho grandes cosas”.
El compromiso de Kopechne con los derechos civiles fue lo que la acercó a la campaña de Robert Kennedy. Sus parientes especulan que hubiera continuado su activismo y tal vez se hubiera dedicado a la política.
“Mary Jo estaba adelantada a las mujeres de 1969, seguramente hubiera abierto caminos para las mujeres en Washington”, dijo Nelson. “La verdadera tragedia de esa noche en Chappaquiddick es que nunca tuvo una oportunidad”.
¿Y el legado de Kennedy?
De no haber sido por Chappaquiddick, bien pudo haber sido el demócrata que le negó un segundo término presidencial a Richard Nixon. Pero no se animó a postularse y una tardía postulación en 1980 se diluyó.
“El fenómeno de las cosas personales que terminan siendo políticas empezó en Chappaquiddick”, afirmó Patrick Maney, experto en Kennedy y profesor de historia en el Boston College. “A partir de Chappaquddick, la política fue diferente”.
De todos modos, Kennedy sirvió otras cuatro décadas en el Senado, donde fue uno de los legisladores que más tiempo ocupó una banca y uno de los más influyentes del siglo 20.
En “True Compass”, una biografía publicada poco después de su muerte en el 2009, Kennedy dijo que Chappaquiddick había sido “una tragedia horrible que me ha acosado todos los días de mi vida”.