Pese a una campaña mediática que comenzó poco después de aterrizar en Puerto Rico tras unas acortadas vacaciones en Europa, las posibilidades de que Ricardo Rosselló logre limpiar su imagen al punto de recuperar su viabilidad como gobernador hasta el final del cuatrienio son mínimas, consideró la catedrática retirada de comunicación pública Silvia Álvarez Curbelo.
Para la experta, los errores de Rosselló en el manejo de la crisis provocada por el chat de Telegram, que el gobernador mantenía junto a sus más cercanos colaboradores, comenzó tan pronto convocó a una conferencia de prensa el pasado jueves en la noche, apenas unas horas después de que su vuelo procedente de España tocara suelo boricua.
“Si hubiese tenido en mis manos el diseño comunicativo del gobernador, no hubiera programado una conferencia de prensa esa misma noche. Las razones son obvias, cualquier persona que haga un viaje transatlántico viene con jetlag, sin haber hablado con nadie de su equipo. Fue un riesgo muy grande y le salió mal porque la conferencia transcurrió de manera muy accidentada. Él, que no tiene mucha fluidez, lució todavía peor que en veces anteriores”, analizó Álvarez Curbelo.
Al momento de la conferencia del pasado jueves, apenas se conocían extractos del chat de 889 páginas. No sería hasta el sábado que el Centro de Periodismo Investigativo revelaría la totalidad del intercambio electrónico.
El pasado domingo y el lunes, en tanto, el gobernador asistió, respectivamente, a una misa en la iglesia protestante El Calvario, en Carolina, y a una entrevista en el programa radial Nación Z, moderado por el exlegislador penepé Gary Rodríguez y la periodista Lymaris Suárez.
Ambas apariciones públicas, dijo Álvarez Curbelo, dejaron una sensación de hipocresía de parte de Rosselló Nevares, al presentarse en escenarios “coreografiados”.
“El espectáculo público de pedirle perdón a Dios, que es algo que se puede hacer en cualquier momento y lugar, fue hecho para las gradas. Una cosa son los pecados que uno pueda tener, que para eso está la comunicación con Dios, y otra son las faltas civiles, legales, políticas e incluso morales”, observó Álvarez Curbelo.
En cuanto a la presentación radial de Rosselló Nevares, la profesora retirada de la Universidad de Puerto Rico planteó que fue “un lugar que, por todo lo que sabemos, está al servicio del gobernador. Donde están acusados tanto los productores como algunos de los participantes del programa de recibir algún tipo de quid pro quo por ser amables con el Gobierno. Si se le suma que las personas que regularmente ocupan lugares como anfitriones de ese programa, la licenciada (Mayra) López Mulero y Jorge Colberg, fueron impedidos de entrar, se concluye que el intento era que el gobernador tuviera una libertad prácticamente total”, sentenció Álvarez Curbelo, al añadir que la crisis de imagen de Rosselló no tiene precedente en la historia política reciente del país.