Ante los recientes escándalos gubernamentales y mal manejo de comunicaciones desde La Fortaleza, la relacionista profesional acreditada y experta en manejo de crisis, Wanda Betancourt, explicó a Metro que la imagen del gobernador Ricardo Rosselló está tan lacerada, que entiende que “no hay marcha atrás”.
Tras las revelaciones del chat de Telegram y arrestos de corrupción, la Asociación de Relacionistas Profesionales de Puerto Rico (ARPPR), también levantó bandera al destcar que Carlos Bermúdez Urbina, uno de los participantes del controvertido chat, no es socio del organismo y no cuenta con una licencia de relacionista activa o solicitada.
La relacionista profesional acreditada, señaló que “en muchas ocasiones las posiciones de relaciones públicas en las oficinas gubernamentales y en contratos otorgados de relaciones públicas le han cambiado el nombre a comunicaciones para evitar cumplir con la Ley”.
La Asociación expresó “que el tipo de comunicaciones que se está haciendo desde Fortaleza no constituye una práctica de relaciones públicas, sino propaganda. La ARPPR repudia públicamente y no avala el tipo de actos que se han dado a la luz como las acciones de un profesional de las relaciones públicas”.
Asimismo, aclaró la diferencia entre lo que es propaganda versus la profesión de los relacionistas licenciados quienes se rigen por un código de ética que estipula valores como la integridad, honestidad, lealtad, equidad y profesionalismo.
“Nuestra profesión se aparta de la propaganda y de lo que se conoce como spinning. La propaganda tiene un modelo de comunicación de una vía donde se disfrazan los eventos y la información para lograr persuadir a las personas de algo que no es real. El término de spinning hace una interpretación deliberada de algún evento aunque tenga que utilizar tácticas deshonestas, manipuladoras y engañosas”, explicó Betancourt a este diario.
En este caso consideró que “es lamentable ver gente ocupando puestos en el gobierno o con contratos que no poseen la licencia, y el gobierno que es quien está llamado al cumplimiento de ley, es el primero que no cumple la Ley 204 del 2008. La ley regula, no el nombre de la profesión, si no las funciones. Se están utilizando nombres erróneamente como asesor en comunicaciones y oficial de prensa”.
El Gobernador ha lacerado mucho su credibilidad
“Es evidente que el gobierno no tiene un plan de Manejo de Crisis. En estos momentos el daño auto infligido ha sido tanto, que a nivel de comunicación es muy poco lo que se puede hacer. El problema es que las relaciones públicas no vienen a maquillar las cosas, relaciones públicas viene a recomendar cómo comunicar, pero hay que comunicar la verdad, no es comunicar mentiras. En ese sentido, el gobernador ha lacerado mucho su credibilidad. Todo lo que proyecta, aparenta que no está siendo cien por ciento transparente con el país”, señaló Betancourt.
Por otra lado, consideró que “se han cometido muchas fallas como comunicar tardíamente, no dar explicaciones o justificar conductas…”.
“Aquí no hay una crisis de comunicación, aquí lo que hay es una crisis de gobierno, que se manifiesta en una segunda crisis de comunicación. Tenemos dos crisis corriendo paralelamente. Esto quedó evidenciando con los arrestos por corrupción. Ya no hay vuelta atrás y esto le ha pasado a muchos CEO de empresas multinacionales que han tenido que renunciar. Cuando hay un mal manejo lo primero es admitirlo y explicar lo que sucedió. Tienes que explicar cuáles fueron las causas a nivel operacional e identificar qué vamos hacer para evitar que no ocurra la situación y el gobernador no ha podido comunicar ninguna de esas”, consideró la también profesora de la Universidad del Sagrado Corazón.
En Puerto Rico hay más de 1,000 profesionales relacionistas licenciados capacitados y en cumplimiento con la Ley, quienes se ocupan por cumplir con los requisitos de educación continuada y el código de ética para mantener su licencia vigente.
En un foro auspiciado por la Asociación de Relacionistas Profesionales el pasado jueves en la noche también se levantó bandera sobre la expresión “es una entrevista de relaciones públicas”, pues en realidad se debe señalar como propaganda, ya que el término relaciones públicas no se ajusta a lo que se quiere denunciar.
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