Lejos de aplacar el humor de los manifestantes, el anuncio que hiciera ayer el gobernador Ricardo Rosselló renunciando solamente a la presidencia del Partido Nuevo Progresista, lo que hizo fue reafirmar el descontento de miles de personas a juzgar por las manifestaciones que continuaron.
“Eso no es lo que estamos buscando”. Con sus ochentitantos años, Esther Carayúa llegó ayer frente a La Fortaleza para exigir que Rosselló renuncie a la gobernación.
En la tarde, a través de la red social Facebook, el primer mandatario anunció que permanecería en su cargo.
“Cada vez que él habla y no anuncia su renuncia, es una falta de respeto al pueblo de Puerto Rico y le está echando leña al fuego. Nos está indignando más”, añadió su hija, Joanne Carayúa.
Entre los manifestantes en la calle del Cristo, rebautizada como calle del Corrupto, todos los entrevistados coincidieron en que el mensaje alejaba al país de sentir calma alguna.
“Lo que está creando es un pueblo enfermo”, dijo Ramón Soler, quien llegó desde Ponce y dirá presente hoy en el paro nacional.
“Mañana (hoy) se va a llenar el doble porque no renunció hoy (ayer). Eso tenía que hacerlo ya, desde el día uno”, afirmó por otra parte Maris Rodríguez.
Mientras, las calles aledañas a la mansión ejecutiva vibraban al son de bomba, dedicando rimas a Rosselló Nevares y al huracán María.
Los jóvenes Christian Cruz y Omar Monet opinaron que la decisión de Rosselló Nevares aumenta las tensiones en el país.
“Necesitamos a alguien con sabiduría y con pasión para representar al país como se supone. Como un agente de cambio, como alguien que no siga con la corrupción”, dijo Cruz.
El joven de 22 años, enfermero, llevaba una camisa que leía “Jesús el Todopoderoso”. “Nuestro país ya está cansado”, lanzó.
Monet añadió: “Si él se aferra a su puesto y a su posición, lo que va a generar es más coraje y más rebeldía en el pueblo. Nosotros como iglesia aceptamos el perdón, porque eso es lo que nosotros predicamos, pero el perdón no lo exime de las consecuencias de sus actos y, lamentablemente, tiene que pagar”.
Pero no solo hubo manifestaciones ayer en las calles que rodean el Palacio de Santa Catalina. En distintas plazas públicas alrededor de la isla se registraron protestas. Asimismo, hubo durante el fin de semana distintos grupos que llegaron a la bahía de San Juan en kayak, jet ski, paddle board, y hasta nadando, a modo de protesta. En la mañana también hubo una práctica masiva de yoga.
