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“Ya yo tomé la decisión (de renunciar)” Aida Díaz

La líder de la Asociación de Maestros insiste en que no hay conflicto ni doble discurso en las contrataciones de su familia con el Departamento de Educación

Un día antes de presentar su renuncia oficialmente a la presidencia de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), Aida Díaz llegó a la redacción de Metro con documentos que sostiene que clarifican la contratación de su esposo e hija con el Departamento de Educación (DE) y con el Hospital del Maestro.

Díaz asegura que renuncia porque “no necesitamos de esto para vivir” y que, al estar su familia bajo fuego de la opinión pública, sale del cargo sindical que se supone que ocuparía hasta diciembre de este año. Los documentos que trajo a Metro muestran que su hija renunció al contrato que una vez tuvo bajo la Oficina de Asuntos Federales de Educación, por lo que solo llegó a cobrar de la agencia poco más de $26,000. Mientras sostiene que su esposo, Eusebio Rodríguez, no se lucró de su relación contractual con el DE, ya que, al ser una empresa sin fines de lucro, no hay ganancias al finalizar los servicios acordados. En ese caso, Díaz asegura que su esposo solo devenga salario como presidente de la empresa Iniciativa para el Desarrollo Educativo y de Aprendizaje. Dijo que, en el último año, solo fueron $26,180 por una escuela donde brindaba los servicios de tutorías.

La líder sindical presentó los requisitos para someter propuestas que siguió la empresa de su esposo bajo un proceso competitivo. Como es la norma, se pide que sean propuestas en las que no se identifique al proponente. Además, Díaz destacó el sistema de puntaje para ir cualificando a los contratistas competidores. También mostró los presupuestos requeridos que desglosan el uso autorizado del dinero para pago de maestros, asistentes, coordinadores, trabajador social, conserjes y materiales, entre otros renglones. Incluso, destacó, con un documento presupuestario, que el DE aún le debe a la empresa de su esposo $95,000 ya invertidos en un contrato nuevo que sigue corriendo. La empresa tiene relación contractual con el DE desde 2010.

Aunque la oficina de prensa de la AMPR solicitó una entrevista para Díaz con Metro, en la que la líder sindical presentaría la evidencia recopilada, al llegar a la redacción, la educadora sostuvo que no venía a entrevistarse, sino a traer evidencia. Emplazó al periódico a profundizar antes de publicar, pues alega que se le ha hecho un daño a su familia, mas no pudo plantear incorrecciones en los artículos ya publicados, sino, más bien, insistir en que no hubo lucro de parte de su familia. Luego de compartir los documentos sobre la empresa de su esposo y el tiempo en que su hija contrató con el DE, Díaz accedió a responder las preguntas de este diario.

¿Por qué nunca mencionó que tenía familiares que contrataban con Educación? ¿No le parecía un dato importante para compartir?

—Si buscas las actas, lo vas a ver. Yo se lo informo a la asamblea y a la junta de directores (de la AMPR). Ellos son responsables de llevar la información, yo no tengo que ir a la prensa a decir eso.

Ha dicho que su esposo tuvo un colegio y que lo vendió para evitar conflictos de intereses cuando usted asumió la presidencia de la AMPR, pero ¿cómo hay conflicto con tener un colegio y no con ser contratista de Educación?

—OK. Porque la empresa que contrata con Educación es para darles empleo a los maestros y para ayudar la educación pública. El colegio es para cobrar como empresa privada y mi posición es defender la escuela pública. Por eso es que entiendo que no hay conflicto.

Las oficinas de la empresa de su esposo, ¿se encuentran aparte de la AMPR?

—En Medina Center. Él paga con su sueldo las oficinas y eso tampoco se dice. La propuesta no paga oficina. Él la paga de su sueldo, de los 26 mil pesos, él paga 700 pesos mensuales de oficina.

O sea, que su esposo, ¿lo único que gana al año son $26,000?

—Eso fue lo que se ganó este año. Si tiene más de una escuela, en algún momento puede ganar más, pero eso lo determina el DE, no él.

La Asociación ha criticado que los presupuestos se vayan a contratistas en lugar de llegar al salón de clases, ¿no es un doble discurso que su esposo tenga contratos?

—Ninguno, porque si tú notas, de $255,000 ahí, $240,000 van al salón de clases y a salarios de maestros que tienen un sueldo bien bajito. Ese dinero, si no se utiliza así, viene destinado a usarse de esa manera, y Educación lo tendría que devolver.

¿No cae en una contratación similar a la que se le criticaba a Alexandra Lúgaro? 

—No. Eso es CES. CES te daba $1,250 —creo que era— por 30 horas de educación. Esto es todo el año. Entonces, en CES el propietario decidía cuánto les voy a pagar a los maestros, aquí no.

Usted o su esposo, ¿han sido donantes de partidos políticos?

—Tal vez, mi esposo del Partido Popular, pero no sé… Creo que mandaba 25 pesos. Yo no. Yo no le doy a nadie.

Metro encontró donativos de Rodríguez al PPD, en varias ocasiones, de entre $25 a $50, aunque en una ocasión donó $1,000. Para David Bernier como candidato a la gobernación los donativos fueron de $1,200, ayudó con $250 a Jaime Perelló, y con $300, al alcalde de Carolina, José Carlos Aponte Dalmau.

Sobre el trabajo de su hija en el Hospital del Maestro, ¿tenía ella experiencia previa en administración de hospitales cuando llega al Hospital del Maestro?

—No, porque ella cuando llega al hospital, llega a hacer un trabajo voluntario en el área de finanzas, que la pide el señor que está ahí porque se le había ido la directora de finanzas. Así empieza, y él pide que ella se quede con ellos.

¿Su experiencia previa venía del área de finanzas?

—De finanzas. Ella estaba estudiando en esos momentos Administración de Servicios de Salud, pero tiene una maestría en Finanzas. Termina su maestría en Servicios de Salud; en eso cambia la administración del hospital, viene un señor que estaba nuevo, y se va porque le ofrecen mucho más en Pavía. El hospital se queda sin nadie. Venía el Joint Comission y ahí es que la junta pide: “Mira, no podemos ir sin un administrador”, y ahí es que la nombran.

Díaz detalló que renunció a la Junta de Directores del Hospital del Maestro el 11 de abril de 2015 para evitar apariencia de conflicto ante la contratación de su hija como administradora de la institución hospitalaria.

¿Cuándo su hija estuvo en Educación no fue por un proceso de competencia, fue un contrato…?

—Que le dieron. Y no fue el secretario, fue el licenciado (Ramón) López de Azúa.

Hay personas en la junta de la AMPR que están pidiendo que no renuncie. ¿Va a escuchar estos reclamos o se mantiene firme en renunciar?

—No. Ya yo tomé la decisión.

Se ha dicho que su renuncia sería efectiva en diciembre. ¿Es correcto?

—Yo terminaba mi término en diciembre, pero dadas estas circunstancias y la salud de mi esposo, me veo en la obligación de renunciar. Mi esposo ha sido sometido a tres cirugías en los últimos cinco meses.

¿Quién se queda en la presidencia de la AMPR?

—Automáticamente, sube el vicepresidente. La Federación (de Maestros) pidió elecciones, lo que pasa es… Mira, cuando mi esposo comienza esto, yo no negociaba con el Departamento de Educación, y es hasta 2017 que la Asociación crea su sindicato y se convierte el sindicato en el representante de los maestros. Yo no presido el sindicato, yo presido la Asociación de Maestros.

¿Cuánto es el salario del presidente de la AMPR?

—Ahora mismo es seis mil y pico de dólares (mensuales).

Usted también es vicepresidenta de la AFT, ¿se mantiene en ese cargo o también va a renunciar?

—Tengo que renunciar.

¿Cómo deja las finanzas de la AMPR?

—Las dejo como las encontré. Las encontré en déficit, lo logré saldar y vuelve y cae en déficit por el plan médico. Pero, está estable.

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