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¿Por qué las mujeres mexicanas protestan contra la violencia machista?

Según datos de las Naciones Unidas, cuatro de cada 10 mujeres mexicanas sufrirán violencia sexual en algún momento de su vida

Las mexicanas claman pidiendo más seguridad en uno de los países más peligrosos del mundo para ser mujer. Los actos vandálicos en las recientes protestas han abierto un debate sobre cuál es la mejor forma de llamar la atención sobre lo que muchos ven como un problema urgente.

Cientos de personas tienen previsto volver a tomar las calles de Ciudad de México el domingo para exigir justicia para las mujeres asesinadas, secuestradas y víctimas de agresiones sexuales. En cabeza irán familiares que han perdido a seres queridos.

Estaba previsto que la jornada comenzara con una obra artística con brillantina en la base de la estatua del Ángel de la Independencia, seguida de una marcha silenciosa en la que se mostrarían imágenes de mujeres y niñas desaparecidas.

A continuación un vistazo a por qué marchan:

¿Cuán grave es el problema?

Cuatro de cada 10 mujeres mexicanas sufrirán violencia sexual, como tocamientos indeseados o una violación, a lo largo de su vida, según datos de Naciones Unidas. De media, nueve mujeres son asesinadas al día en el país.

Y eso es solo lo que puede documentarse, señaló Ramón Ramos, abogado y ex vice ministro de seguridad pública en Ciudad de México.

“La violencia contra la mujer es uno de los problemas más grandes que tiene México”, dijo Ramos, que tenía previsto asistir a la marcha del domingo.

La organización civil México Unido Contra la Delincuencia estima que el 90 % de los delitos queda sin denunciar en México. Muchas víctimas lo ven como un ejercicio fútil. En México, la excepción es que un crimen se resuelva, no al revés. Solo uno de cada 10 delitos denunciados termina en una condena de prisión.

¿Cómo han reaccionado las mujeres?

Las mujeres mexicanas están hartas, y su indignación está creciendo ante lo que perciben como impunidad para violadores y asesinos.

En el país se han realizado varias manifestaciones condenando la violencia contra las mujeres desde que en agosto se reportó que las autoridades de la capital estaban ignorando las acusaciones de que unos agentes de policía habían violado a dos menores.

Las manifestaciones en la capital pasaron a ser conocidas como las protestas de la diamantina, o brillantina, después de que varias mujeres arrojaran brillantina rosa sobre el jefe de policía de la ciudad.

En una protesta el pasado agosto, docenas de mujeres causaron destrozos en una estación de autobuses de la Ciudad de México, pintaron de rosa el monumento del Ángel de la Independencia y prendieron fuego a una comisaría.

Los daños en el monumento molestaron a muchas gentes, pero las manifestantes afirmaron que el vandalismo era una forma de exigir medidas en una situación grave, afirmando que un poco de pintura no era nada en comparación con una vida destruida por la violencia. Las autoridades locales decidieron no presentar cargos por destrucción de propiedad pública.

¿Cómo se sienten las mujeres?

El 80% de las mujeres de México no se sienten seguras, según un sondeo de 2018. El acoso sexual y las agresiones son tan habituales en el transporte público que el metro de la Ciudad de México reserva dos vagones de cada tren exclusivamente para mujeres.

Los expertos atribuyen la violencia generalizada a las actitudes machistas sobre el papel de la mujer, combinadas con el deterioro de los valores sociales.

Las activistas también dicen que el proceso de reportar un delito es a menudo doloroso, con largas declaraciones y horas de interrogatorios a las denunciantes. El proceso judicial, afirman, está plagado de situaciones en las que se culpa a las víctimas. A las mujeres que sufren agresiones sexuales se les reprocha llevar prendas reveladoras, mientras que a las mujeres muertas a menudo se las menosprecia tachándolas de juerguistas descuidadas o novias de delincuentes.

¿Qué han hecho las autoridades?

En las últimas décadas, México ha mejorado su marco legal para proteger mejor a mujeres y niñas. El Congreso aprobó este año una enmienda constitucional que permite la detención preventiva de personas acusadas de violencia doméstica por segunda vez.

Las condenas de violencia doméstica dependen de la gravedad de las lesiones. Por ejemplo, una magulladura o un hueso roto que tardan entre 15 y 70 días en curarse pueden conllevar una pena de entre seis meses y dos años de prisión, mientras que causar lesiones que ponen en riesgo la vida puede suponer hasta ocho años de cárcel.

La violación conlleva una pena mínima de seis años, independientemente de lo casta que se considere a la mujer. Hasta 2002, las condenas por violación variaban en función de la supuesta inocencia sexual de la mujer.

Las sentencias por abusar de menores pueden ampliarse si el agresor era una persona de confianza como un maestro o un padrastro.

Desde 2011, los asesinatos de mujeres que incluyen expresiones de odio, como la mutilación genital, conllevan una pena mínima de 25 años de cárcel, frente a los 20 de los homicidios corrientes.

¿Qué mas puede hacerse?

Los activistas querrían que más mujeres se plantaran ante sus abusadores. A menudo, las mujeres retiran las denuncias contra sus esposos y novios, señalan.

Pero Ramos señaló que el mayor problema es que a menudo, las leyes no se aplican. La complacencia e ineptitud de las autoridades fomentan los delitos generalizados porque los agresores no temen sufrir represalias, señaló.

“Si uno no respeta a la autoridad, menos contra una persona vulnerable como es la mujer”, dijo Ramos.

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