Jamás lo habríamos pensado, pero hay labores extraordinariamente sencillas en la Tierra que en el espacio se conciben como imposibles. Uno de los mayores y más simples ejemplos era el simple acto de mezclar cemento para que luego se volviera sólido.
La labor suena absurda y sin complicaciones. Pero lograrlo en un ambiente de gravedad cero fue un auténtico enigma para la humanidad, hasta ahora.
De acuerdo con Astronomy.com un grupo de astronautas en la Estación Espacial Internacional (ISS), por fin ha dado con el método para hacer esto posible. Acercándose a un paso más de lograr crear el concreto que todos conocemos allá arriba en las estrellas.
Todo se deriva de un experimento denominado Microgravity Investigation of Cement Solidification; en donde los investigadores enviaron los componentes básicos del cemento (silicato tricálcico, cal hidratada y agua destilada) a la ISS.
Allá los astronautas mezclaron todo en bolsas para almacenarlas durante 42 días. En ese lapso se endurecieron, mucho más lento que en nuestro planeta.
Pero lo curioso es que el cemento mezclado en microgravedad resultó tener algunas características microscópicas únicas. Ya que genera bolsas de aire:
Es lo que señala la autora del estudio Aleksandra Radlinska, ingeniera de la Universidad Estatal de Pensilvania; quien adelanta que la densidad más uniforme del cemento espacial, mezclada con las bolsas en realidad debería hacerlo más fuerte que el convencional.
Se habían tardado en hacerlo, pero este estudio es el primero que compara el cemento terrestre con el espacial. Lo que en teoría plantearía las bases para desarrollar mas y mejores sustancias que ayuden al futuro de la colonización espacial.
Ahora no suena tan descabellada la idea de imaginar un condominio en la Luna.