SANTA FE, Nuevo México, EE. UU. — Donald Trump perdió en Nuevo México por ocho puntos porcentuales en el 2016. El año pasado su partido Republicano perdió una banca en la Cámara de Representantes y la gobernación. Y la semana pasada una aspirante a una banca legislativa se burló del mandatario con nombre y apellido en un aviso.
De todos modos, Trump se presentará el lunes por la noche en un acto en Nueva México que hace que muchos se rasquen la cabeza.
¿Hay realmente esperanzas de que los republicanos salgan victoriosos en Nuevo México, un estado que no vota por ese partido en las elecciones presidenciales desde que apoyó a George W. Bush hijo en el 2004? La gente de Trump dice que sí y lo incluye junto con Nevada, New Hampshire y Minnesota en la lista de estados que Trump perdió en el 2016 y que espera llevarse el año que viene. Nuevo México es un objetivo especialmente ambicioso, que puede depender del apoyo a Trump en las zonas rurales y de que tan fuerte sea la resistencia al mandatario entre los hispanos.
“Bush tenía opiniones mucho más favorables entre los hispanos”, señaló Lonna Atkeson, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Nuevo México, donde Bush venció a John Kerry hace 15 años gracias a un fuerte respaldo en las zonas rurales. “Era de Texas, no de Nueva York, de modo que tenía más lazos regionales. Trump es una historia muy diferente”.
Atkenson no cree que Trump tenga muchas esperanzas en el estado con la mayor concentración de hispanos de Estados Unidos.
Alguien pendiente de la visita de Trump a Nuevo México es la exagente de la CIA Valerie Plame, aspirante a la nominación demócrata a una banca en la cámara baja por un distrito del norte del estado. Plame dice que tiene que hacer “algunos ajustes de cuenta” con el mandatario en un video que la muestra a toda velocidad en el desierto en un auto que va marcha atrás antes de hacer un trompo y avanzar hacia adelante.
El video fue visto millones de veces en YouTube en pocos días y alude al perdón que Trump concedió a un individuo condenado por mentir a los investigadores acerca de la filtración que hizo que Plame tuviese que retirarse de la CIA. Se cree que la filtración fue en represalia por la oposición del marido de Plame a la ocupación de Irak.
“Sé cómo funciona Washington, lamentablemente, y puedo ponerme manos a la obra en un día”, declaró Plame a la Associated Press. “Hace rato que dejé de intentar entenderlo (a Trump)”.
Los planes de Trump para el acto del lunes traen a la memoria un acto de mayo del 2016 en Albuquerque que desató protestas e incidentes en los que la policía usó gases lacrimógenos. En el centro de convenciones, Trump habló de la dependencia de mucha gente de los beneficios del estado y dijo que la gobernadora republicana de entonces Susana Martínez tenía que hacer mejor las cosas.
Esta vez Trump llega en medio de un boom en la producción de petróleo que ha generado empleo y dado lugar a inversiones del estado en educación y carreteras por parte de la gobernadora demócrata Michelle Luján Grisham.
La gobernadora ha criticado el muro que Trump quiere construir en la frontera y retirado la mayoría de los soldados de la Guardia Nacional de la frontera. También demandó al Departamento de Seguridad Nacional para tratar de recuperar el dinero que el estado gastó en dar albergue y alimentar a migrantes que piden asilo.