MADRID – El líder separatista de Cataluña prometió el jueves celebrar una nueva votación para separarse de España en menos de dos años mientras la región del noreste enfrenta una ola de violencia que ha empañado un movimiento orgulloso de su activismo pacífico.
“No podemos seguir en esta jaula que no deja de añadir barrotes”, dijo Quim Torrá a los legisladores en el Parlamento catalán, en Barcelona. “Es el golpe a la democracia más grande que se ha producido desde 1978. Si por poner urnas nos han condenado a 100 años de cárcel, la respuesta es clara: habrá que volver a poner urnas para la autodeterminación”.
Las largas condenas en prisión y las multas para una docena de líderes independentistas catalanes anunciadas esta semana por el Tribunal Supremo de España detonaron algunos de los episodios más oscuros en una década de creciente sentimiento separatista.
Los disturbios han convertido áreas centrales de Barcelona, un importante destino turístico europeo, en una zona prohibida. El jueves, brigadas de limpieza estaban retirando autos carbonizados y cientos de contenedores de basura quemados utilizados como barricadas improvisadas en las calles de la capital regional, donde los enfrentamientos del miércoles en la noche entre jóvenes amotinados y la policía llevaron a escenas de pánico.
Las autoridades dijeron el jueves que 80 personas resultaron heridas, incluidos 46 agentes de policía, y que 33 personas fueron arrestadas durante los disturbios.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, presidirá una reunión interministerial de expertos para analizar la situación de seguridad en Cataluña.
El jueves comenzó con nuevos cortes en carreteras, incluyendo una autovía que conecta España y Francia.
Mientras, miles de personas marchan de forma pacífica desde el miércoles hacia la capital regional, Barcelona, donde los estudiantes están en huelga. Los sindicados planean unirse a la protesta de mañana.