Tras la firma del presidente Donald Trump de dos proyectos de ley en apoyo a los derechos humanos en Hong Kong, el gobierno chino convocó el jueves al embajador estadounidense en el país para presentarle una protesta y advirtió que tales medidas afectarán las negociaciones con Washington.
Hong Kong, una antigua colonia británica que recibió un estatus de semiautonomía cuando China recuperó el control del territorio en 1997, ha sido escenario desde hace seis meses de manifestaciones prodemocráticas.
Miles de activistas llenaron el jueves una plaza pública en el centro de Hong Kong con motivo del “Día de Acción de Gracias” para agradecer a Estados Unidos la aprobación de las iniciativas y anunciaron que continuarán realizando marchas.
No fue una sorpresa que Trump firmara ambas medidas. Tampoco la reacción de Beijing, que siempre censura cualquier medida que considere una intromisión en sus asuntos internos.
Sin embargo, el roce entre China y Estados Unidos ocurre en un momento delicado y podría alterar las de por sí tensas negociaciones comerciales entre ambas naciones.
Te podría interesar…
El vicecanciller chino Le Yucheng le dijo al embajador estadounidense Terry Branstad que las medidas firmadas por Trump constituían una “grave intromisión en los asuntos internos de China y una grave violación del derecho internacional”, de acuerdo con un comunicado del Ministerio del Exterior.
El diplomático chino describió el proceder de Washington como “un acto descaradamente hegemónico”, y exhortó a Estados Unidos a no poner en marcha las iniciativas a fin de impedir un mayor daño a las relaciones bilaterales, según el ministerio.
En un comunicado sobre la reunión, la embajada de Estados Unidos en Beijing dijo que “el Partido Comunista de China debe cumplir sus compromisos con el pueblo de Hong Kong”.