KABUL – Un militar estadounidense murió el lunes en acto de servicio en Afganistán, según indicó el Ejército sin dar más detalles. El Talibán afirmó ser responsable de un ataque con bomba caminera en la provincia norteña de Kunduz en el que había muerto un soldado estadounidense.
La muerte del lunes elevó a 20 el número de estadounidenses muertos en Afganistán en lo que va de año. También se produjeron tres muertes fuera de combate. Más de 2.400 estadounidenses han muerto en los casi 18 años de guerra.
Los talibanes controlan o tienen influencia en aproximadamente la mitad del país y siguen cometiendo ataques casi diarios contra las fuerzas afganas y estadounidenses, incluso mientras mantienen conversaciones de paz con un enviado estadounidense encargado de negociar el final de la guerra más larga de Estados Unidos. Docenas de civiles mueren en el fuego cruzado o por las bombas camineras que colocan los insurgentes.
El comunicado del Ejército estadounidense no identificó al fallecido ni indicó en qué parte de Afganistán había muerto. El Ejército recalcó que de acuerdo con la política del Departamento de Defensa, el nombre del militar no se reportaría en 24 horas hasta completar la notificación a su familia.
Dos militares estadounidenses murieron el mes pasado cuando su helicóptero se estrelló en la provincia oriental de Logar. El Talibán dijo haber derribado el helicóptero, causando muchas muertes. El Ejército estadounidense desmintió la reivindicación talibán.
Poco después de que se publicara el comunicado del Ejército, el portavoz talibán Zabihullah Mujahid tuiteó que el soldado había muerto en el distrito de Chardara, en la provincia norteña de Kunduz, donde fuerzas afganas y estadounidenses realizaban una redada conjunta. Los insurgentes habían colocado la bomba que mató al estadounidense, afirmó Mujahid.
El Ejército de Estados Unidos no respondió de inmediato a la reclamación de autoría.