PERTH, Australia (AP) — Algunas zonas de Australia afectadas por mortales fuegos forestales tuvieron algo de alivio el miércoles, aunque se esperaba que las condiciones volvieran a empeorar el fin de semana.
En los últimos meses han ardido unos 5 millones de hectáreas (12,35 millones de acres), nueve personas han muerto y más de 950 viviendas han quedado destruidas. Nueva Gales del Sur, el estado más poblado del país, ha sido el más afectado con unas 850 casas calcinadas.
Algunas regiones de Nueva Gales del Sur, incluida Sydney, tuvieron una jornada húmeda y fresca en Navidad, aunque más de 70 incendios seguían activos en el estado. El estado de emergencia de siete días impuesto en la región expiraba el miércoles por la noche.
Unos 2.000 bomberos y 400 camiones de bomberos combatían las llamas aprovechando las condiciones más favorables, aunque se esperaba que la temperatura volviera a subir. Las previsiones apuntaban a que Sydney tendría 31 grados Celsius (88 Fahrenheit) el domingo, mientras que los suburbios occidentales de la ciudad podrían alcanzar los 41 grados Celsius (105 Fahrenheit).
El riesgo de incendio seguía siendo muy alto en el noroeste del estado, y se mantenía entre alto y moderado en el resto de la región.
El primer ministro, Scott Morrison, recordó en su discurso anual de Navidad a las familias de los dos bomberos -Geoffrey Keaton, de 32 años, y Andrew O’Dwyer, de 36- que murieron la semana pasada luchando contra el fuego al suroeste de Sydney.
La crisis de los incendios obligó a Morrison a reducir unas criticadas vacaciones familiares en Hawai. El mandatario regresó a Australia el sábado por la noche.
“Para los padres de Andrew y Geoffrey, sabemos que esta será una Navidad dura para vosotros, la primera sin estos dos hombres maravillosos”, dijo.
“Quiero dar las gracias a todos los que sirven a nuestra nación sirviendo como voluntarios luchando con esos incendios mientras hablamos”, añadió.
Entre tanto, unos 200 bomberos seguían combatiendo un incendio el miércoles en Adelaide Hills.
El estado de Sur de Australia, donde la semana pasada ardieron 86 viviendas, se preparaba para un retorno de las temperaturas extremas. Se esperaba que Adelaida, la capital del estada, registrara 41 grados Celsius (106 Fahrenheit) el sábado.