Un par de cadáveres fueron recuperados del mar frente a la costa sureste de Inglaterra y personal militar comenzó a levantar barreras contra las inundaciones el sábado, en el segundo fin de semana consecutivo de clima tormentoso que ha causado estragos en zonas de Gran Bretaña.
La cuarta tormenta con nombre en la temporada, Dennis, como la llamó el servicio meteorológico británico Met Office, trastocó el transporte en numerosas regiones y podría causar daños mayores que la tormenta Ciara del fin de semana anterior debido a las anegaciones previas en gran parte del país.
Una embarcación de la Real Institución Nacional de Botes Salvavidas recuperó del mar el cadáver de un hombre tras una búsqueda de siete horas en la que participó un barco de la Armada Real. La búsqueda comenzó antes del amanecer después de una llamada de auxilio proveniente del petrolero de bandera maltesa B Gas Margrethe que estuvo anclado frente a la localidad costera de Margate. La policía dijo que intentaba establecer la identidad del hombre.
En un incidente separado, el cadáver de un segundo hombre fue sacado en la tarde del mar. Las autoridades descartaron que se tratara de un caso sospechoso.
El Met Office tenía vigentes 68 avisos de inundaciones para Inglaterra, lo cual implica pronósticos de anegaciones para el fin de semana. Las respectivas agencias ambientales emitieron 50 avisos más de este tipo en Escocia y 10 en Gales.
El número de avisos de advertencia se había incrementado considerablemente el sábado, un claro indicio de un agravamiento de las secuelas de la tormenta para el domingo. Los ventarrones, según el Met Office, alcanzaban 140 kilómetros por hora (87 mph) en Capel Curig, en el norte de Gales.
Centenares de vuelos fueron cancelados como resultado de los fuertes vientos. Easyjet, por ejemplo, había cancelado unos 230 vuelos de llegada y salida de Gran Bretaña debido a los fuertes vientos de 113 km/h (70 mph).
El servicio ferroviario también suspendió numerosos recorridos. El caos afectó a decenas de miles de pasajeros en lo que habría sido una intensa jornada de viajes de familias porque no habrá clases la próxima semana en la mayoría de las escuelas por el receso de mediados de invierno.
Gran parte de las preocupaciones relacionadas con los peligros de la tormenta se centraron en el norte de Inglaterra, que fue azotada por la tormenta Ciara. Al menos ocho personas perdieron la vida en diversas partes de Europa durante esa tormenta.
El sábado, unos 75 elementos del ejército británico y 70 reservistas ayudaban a comunidades apremiadas en la región inundada de Cadler Valley, en West Yorkshire, donde construían barreras y reparaban defensas contra las corrientes.
“Nuestras fuerzas armadas siempre están prestas para apoyar a las autoridades y comunidades locales cuando lo necesiten”, dijo el secretario británico de defensa, Ben Wallace. “La reacción rápida de hoy del ejército ayudará a llevar asistencia por las inundaciones a las comunidades locales en West Yorkshire”.