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Caso de Alexa expone transfobia, sinhogarismo y faltas en salud mental

La muerte violenta de la mujer trans ha consternado a la ciudadanía y revela necesidad de educación con perspectiva de género, erradicación de los prejuicios y más atención a la salud mental

El asesinato de Alexa, una mujer transgénero sin hogar, cuya imagen se había hecho viral en redes sociales por un incidente en un baño de un establecimiento de comida rápida en Toa Baja, sacó a relucir la necesidad que hay en la isla de atender problemas como la transfobia, sinhogarismo y la salud mental, coincidieron expertos.

Han sido muchas las voces que se levantaron desde la mañana del lunes para denunciar la muerte violenta de la víctima de 28 años cuyos restos fueron identificados oficialmente por familiares al filo de la tarde de ayer en el Negociado de Ciencias Forenses.

Alexa deambuló por casi toda la isla y, tras su muerte, las redes sociales se han inundado con múltiples versiones sobre su vida, entre ellas que padecía de problemas de salud mental. Recientemente, una persona llamó a la Policía diciendo que era un hombre con un espejo en un baño de mujeres. Las autoridades intervinieron, pero, además de una “advertencia”, no hubo ninguna otra diligencia para coordinarle servicios de salud.

La presidenta de la Asociación de Psicología, Kalitza Baerga, afirmó a Metro que “las agencias, como la Policía que interviene y está encargada de velar lo que ocurre, deberían tener algún tipo de adiestramiento para identificar… casos. Identificar lo que está pasando y, a lo mejor, llevar (a la persona) al hospital”.

Reconoció que, a raíz del trato que reciben las personas transexuales, la marginación y el rechazo provoca que se aíslen y se depriman.

“Este es un caso terrible que demuestra el poco respeto a la diversidad. Insistimos en que haya una educación con perspectiva de género para que la gente tome conciencia”, declaró la experta en psicología.

El asesinato de Alexa también pone en tela de juicio la atención del Gobierno a las personas sin hogar, que según el senador José Vargas Vidot, podrían ser entre 24 mil y 27 mil quienes viven la tragedia de no tener un techo. Empero, las autoridades no recogen cifras de cuántas de estas podrían ser personas transgénero. “Es un problema, no solamente de transfobia, es un crimen de odio que comienza de una historia, adquirido por la manera que se mira a la persona”, expresó el legislador. Añadió que su asesinato se debió a “la desinformación, prejuicios, los mitos, la incapacidad de la población que mantiene a un ser humano en esta desgracia, hacen del evento a múltiples cómplices”.

Indicó que hay personas transexuales que terminan sin hogar debido al rechazo y los prejuicios en el interior de sus familias. “El rechazo en las personas trans es evidente en muchos lugares, sobre todo inspirados en aquellas personas con ideas conservadoras de la religión”, apuntó. Señaló que “hay hogares que aceptan a sus hijos trans y hay otros que, al revés, lo caricaturizan y tienen un bullying permanente en su entorno. Y eso, eventualmente, produce un gasto emocional sobre la persona”.

Para atender la deambulancia, Vargas Vidot presentó el Proyecto 1342, que aunque fue aprobado por unanimidad en el Senado, lleva dos meses detenido en la Cámara. “Parece que se vela más por el bienestar de los proyectos y programas comunitarios que de las personas que deben originar compasión”, criticó. La medida busca dar una respuesta sistémica que promueva la erradicación del sinhogarismo. “Lo interesante del proyecto en relación a Alexa es que es un plan de país. Tiene los mecanismos para coordinar entre agencias y organizaciones las respuestas rápidas y humanas. En Puerto Rico, no existe uniformidad, no existe un plan que estandarice la respuesta a un fenómeno crítico”, denunció.

De hecho, Alexa llevaba meses deambulando, según constató un hombre que le ayudó en noviembre pasado dándole comida y conversación. El individuo la describió como “una persona con miedo a la humanidad, pero humilde, noble”.

“No le dieron la oportunidad de conocerla, pero sí fueron rápidos para juzgar, porque las redes sociales se prestaron para hacerle daño”, comentó Nandy Torres Rosa, quien aseguró en entrevista con Telemundo que el espejo con el que andaba la víctima era un símbolo de protección. Para Torres Rosa, el asesinato de Alexa es culpa de que las redes sociales se utilizan para juzgar y aplaudir lo negativo, pero no lo positivo.

Para la presidenta de la Asociación de Psicología: “Nadie debe tomar la justicia en sus manos. Tenemos que tener mucho juicio de lo que ponemos en las redes, sabiendo que puede alcanzar a muchas personas”.

En ese sentido, los pastores Nixie Ramos y el pastor Hilton Mercado de la Iglesia Senda de Restauración Cristo para Todos en Levittown, afirmaron que “la muerte de Alexa nos debe avergonzar como pueblo”.

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