Fuerzas turcas derribaron dos aviones militares de Siria en el noroeste del país, en medio de una escalada armada que condujo a crecientes enfrentamientos directos entre las fuerzas de ambos países, informó el domingo la agencia oficial de noticias siria.
SANA informó que los aviones fueron atacados sobre la región de Idlib, y que los cuatro pilotos lograron eyectarse y aterrizaron con paracaídas de forma segura. Estas confrontaciones se han sumado a las crecientes tensiones entre Turquía y Rusia, que apoyan a los lados opuestos de la guerra civil siria.
Este incidente sucedió un día después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció que su país abrió sus fronteras occidentales a inmigrantes y refugiados con la esperanza de ingresar a la Unión Europea. Naciones Unidas informó el domingo que al menos 13.000 personas se concentraron en la frontera terrestre de Turquía con Grecia.
Erdogan no vinculó explícitamente su decisión de abrir las puertas a Europa a la escalada militar en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria. Sin embargo, advirtió que Turquía “no puede manejar una nueva ola de migración”, una aparente referencia a Idlib, donde miles de civiles sirios que huían del avance de las tropas sirias se movieron hacia la frontera turca.
El ministro turco de Defensa Hulusi Akar, hablando desde la sede militar cerca de la frontera con Siria, dijo que Turquía tenía como objetivo enfrentar a las fuerzas del gobierno sirio en lugar de las tropas rusas. Pidió a Moscú persuadir al presidente sirio Bashar Assad para que se retire a las líneas pactadas en el cese del fuego en 2018 en los bordes de Idlib.
Refiriéndose a las pérdidas infligidas en Siria, dijo que Turquía había “neutralizado” más de 2.200 tropas sirias, 103 tanques y ocho helicópteros.
En Siria, el gobierno dijo que cerraría su espacio aéreo a cualquier avión o dron en el noroeste del país y advirtió que cualquier aeronave en su espacio aéreo sería considerada hostil y derribada.
En los últimos dos días, ataques turcos de dron en la provincia de Idlib causaron grandes pérdidas entre las fuerzas del gobierno sirio, según activistas sirios.
Los combates también han provocado una catástrofe humanitaria y la mayor oleada de desplazados en los nueves años de guerra.
Ankara teme verse ante una creciente presión internacional para abrir su frontera ahora cerrada con Siria y ofrecer refugio a civiles sirios desesperados. En Turquía ya hay 3,6 millones de refugiados sirios.
Con su decisión de abrir la frontera con Europa, Erdogan cumplía una vieja amenaza de permitir la entrada de refugiados en el continente. El anuncio rompía de forma drástica con su política actual y parecía un intento de presionar a Europa para que prestara más apoyo a Turquía con los efectos de la guerra siria.
Según un acuerdo de 6.000 millones de euros alcanzado en 2016, Ankara aceptó frenar la oleada de refugiados a Europa a cambio de ayuda financiera, después de que más de un millón de personas entraran en Europa en 2015. Desde entonces ha acusado a la UE de no cumplir su parte del acuerdo. Erdogan ha amenazado a menudo con “abrir las puertas” y permitir que refugiados y migrantes salieran hacia Europa a menos que se prestara más ayuda internacional.