El príncipe Carlos de Gran Bretaña inauguró el viernes por vía remota un enorme hospital temporario para enfermos de COVID-19 en un centro de exhibiciones de Londres. El número de muertes debidas al coronavirus en el Reino Unido superó la cifra oficial de China.
Mientras los casos confirmados y las muertes registraban fuertes aumentos, el primer ministro Boris Johnson permanecía aislado y con fiebre ocho días después de dar positivo para el virus.
Carlos, quien el lunes cumplió una semana de autoaislamiento al recuperarse de COVID-19, dijo por enlace de video que se sentía “enormemente conmovido” al pedírsele que inaugurara el nuevo hospital Nightingale, construido en apenas nueve días en el vasto centro de conferencias ExCel en Londres, cuyos pasillos tienen una longitud de un kilómetro.
Tiene unas 500 camas, pero cuando alcance su plena capacidad de 4.000, será el hospital más grande del Reino Unido.
Carlos, de 71 años, elogió a todos los que participaron de la construcción “espectacular y casi increíble”.
“Un ejemplo, si hiciera falta, de cómo lo imposible se vuelve posible y cómo podemos lograr lo impensable mediante la voluntad y el ingenio humanos”, dijo desde Birkhall, su hogar en Escocia.
El nuevo hospital del Servicio Nacional de Salud sólo recibirá a enfermos de COVID-19, los que serán trasladados allí solamente si los hospitales locales no dan abasto.
Carlos dijo ser uno de los “afortunados”, ya que sus síntomas fueron leves, pero señaló que “para algunos será una travesía mucho más ardua”.
Expresó la esperanza de que el hospital “sea necesario por el menor tiempo posible y para la menor cantidad de gente posible”.
Se prevén nuevos hospitales en Birmingham, Glasgow, Manchester y otras ciudades del Reino Unido para aliviar la presión sobre el servicio de salud durante la pandemia.
El número de muertes relacionadas con el virus en Gran Bretaña llegó a 3.605, de acuerdo con cifras oficiales, un aumento de 684 con respecto al día anterior.