Partiendo de la premisa de que Puerto Rico se encuentra una etapa crítica del control de su curva de contagios con el Covid-19, la gobernadora Wanda Vázquez sumó nuevas restricciones al periodo de cuarentena de cara al fin de Semana Santa.
La orden ejecutiva que entró en vigor el 31 de marzo y que extendió el toque de queda hasta el 12 de abril, será enmendada para que sean solo las farmacias y gasolineras los comercios que puedan abrir sus puertas entre el viernes y domingo de esta semana.
De manera similar a las restricciones que estuvieron vigentes hoy, domingo, las farmacias solamente podrán operar su recetario, mientras las gasolineras únicamente despacharán combustible.
Esto significa que establecimientos de comida preparada, supermercados, ferreterías y bancos, que han estado exentos del cierre al considerarse servicios esenciales, permanecerán cerrados esos tres días.
La orden ejecutiva, precisamente, tiene vigencia hasta el domingo. Sin embargo, a juzgar por las expresiones de Vázquez y el componente gubernamental que maneja la pandemia del coronavirus, todo apunta a que la cuarentena será extendida nuevamente.
“Esta semana va a ser bien importante. Como dijo el secretario (de Salud, Lorenzo González Feliciano) estamos de cara a un pico, para el 15 de abril y máximo el 8 de mayo, y vamos a ver cómo se va desarrollando estos resultados. La respuesta del público es fundamental. No depende del gobierno, no depende del ‘task force’ ni del secretario de Salud. Depende de cada uno de nosotros si podemos tomar unas medidas para flexibilizar el toque de queda. Donde nosotros veamos que la respuesta de todos los ciudadanos ha sido protegerse y proteger a sus ciudadanos”, dijo la mandataria, al puntualizar la importancia de cumplir con la prohibición a las reuniones en las residencias privadas.
Vázquez insistió, asimismo, que los comercios deberán implantar medidas para proteger a las poblaciones más vulnerables al contagio del Covid-19, como la población de adultos mayores. También recalcó que deben tomar medidas para garantizar que dentro de los establecimientos se sigan las guías de distanciamiento.
Por ejemplo, instó a los supermercados y bancos a establecer horarios exclusivos para este grupo de edad, y a velar por que las personas lleven puesta una mascarilla.
“Los comercios nos pueden ayudar a que nosotros, los ciudadanos que vayan a hacer sus compras, puedan estar seguros…No deberán permitir personas dentro de sus establecimientos si no tienen el área de la boca protegida. Los empleados en ese lugar también deben estar protegidos”, recalcó la primera ejecutiva.
El recién nombrado epidemiólogo del Estado, David Capó, puntualizó que los países que más éxito han tenido conteniendo el avance del Covid-19, han mantenido la disciplina en sus restricciones de movimiento por alrededor de dos meses antes de relajar las medidas de aislamiento social.
“Los países que han tenido un aislamiento y han tomado medidas bien drásticas por un periodo corto, de uno o dos meses. Y luego de eso, al menos en países como Singapur, se puede empezar a determinar que personas con mucho riesgo necesitan permanecer en sus hogares pero se le permite identificar en las distintas comunidades cuáles son aquellas con tasas de prevalencia bien bajas y qué poblaciones pueden empujar la economía poco a poco”, indicó Capó.
“Sin embargo, países que han determinado hacer (la cuarentena) de forma intermitente, digamos un mes de medidas, y ven que las tendencias empiezan a nivelarse y deciden salir de nuevo, se crea como un sube y baja. En vez de ser dos meses de tomar la decisión (de restringir el movimiento), se vuelve un mes de estar con medidas restrictivas, estamos una semana fuera y vuelve y sube (el contagio) y necesitan dos meses adicionales de medidas restrictivas”, subrayó el epidemiólogo.
De acuerdo con Capó, las medidas de distanciamiento han permitido aplanar la curva de contagios confirmados, los cuales se han estado duplicando aproximadamente cada tres días.
El especialista puntualizó que, de haber ocurrido como en Italia –donde los casos se duplicaban diariamente– Puerto Rico estaría enfrentando al presente cerca de 10,000 casos, lo que habría superado la capacidad de respuesta del sistema hospitalario.