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Acusación de agresión sexual ensombrece candidatura de Biden

El virtual candidato demócrata no ha respondido a las imputaciones de una exasistente

Una acusación de agresión sexual contra Joe Biden se ha vuelto el primer obstáculo grande contra el casi seguro nominado presidencial demócrata, dando combustible a los ataques de los republicanos y dejando a muchos en su propio partido en una posición incómoda.

La campaña de Biden ha rechazado las acusaciones de su exasistente en el Senado Tara Reade, quien ha dicho que Biden la agredió en el sótano de un edificio del Capitolio en la década de 1990, pero la historia cobró nueva atención esta semana luego de que dos asociados de Reade dijeron que ésta les dio elementos de sus señalamientos.

Los republicanos –preocupados por la posición política cada vez más precaria del presidente Donald Trump– están aprovechando la acusación para describir a los demócratas como hipócritas que solamente defienden a las mujeres que acusan a los conservadores. Esos republicanos están afianzándose en sus posiciones, pese a que pudieran renovar la atención a las múltiples acusaciones de abuso sexual presentadas contra Trump.

Los demócratas, entretanto, se ven en la incómoda posición de validar a las mujeres que dan a conocer sus historias al tiempo que defienden al hombre que será su candidato en la que el partido ve como la elección más importante de sus vidas.

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La tensión es elevada por el hecho de que Biden no ha dicho nada de los señalamientos.

Al igual que muchos estadounidenses, Biden ha pasado las últimas semanas en casa para prevenir los contagios del coronavirus. El candidato ha participado en un puñado de entrevistas locales y nacionales, en las cuales no se le ha preguntado sobre las acusaciones, pero no ha realizado ninguna conferencia de prensa con el grupo de reporteros que cubre sus movimientos desde el 2 de abril, antes de que varias organizaciones de prensa reportaran la historia de Reade.

Algunos demócratas dicen que ese enfoque no funciona y llaman a una respuesta más clara.

La contienda presidencial en noviembre entre Biden y Trump será la primera de la era del movimiento #MeToo, que ha llevado a numerosas mujeres a expresar públicamente sus acusaciones de violencia sexual. Trump ha sido acusado de agredir y manosear indebidamente a numerosas mujeres, algo que él niega.

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