Cinco petroleros iraníes que parecen estar llevando gasolina y productos derivados navegaban el domingo rumbo a Venezuela como parte de un acuerdo entre las dos naciones sancionadas por Estados Unidos.
El líder socialista venezolano Nicolás Maduro recurrió a Teherán para obtener ayuda para conseguir los productos químicos necesarios para una envejecida refinería en medio de una escasez de gasolina, síntoma de un caos económico y político más amplio que afecta al que solía ser el productor de petróleo más grande de América Latina.
Expertos estiman que los petroleros llevan 45,5 millones de dólares en gasolina y productos derivados.
Para Irán, los petroleros representan una forma de aportar dinero a su teocracia chií y de ejercer presión sobre Estados Unidos, que con el presidente Donald Trump ha llevado a cabo campañas contra ambas naciones.
Pero la estrategia invita a la posibilidad de una nueva confrontación entre la República Islámica y Estados Unidos, tanto en el Golfo Pérsico, donde ya hubo una serie de incidentes cada vez más frecuentes que involucraron a la industria petrolera el año pasado, como más allá.
“Esto es nuevo para todos”, dijo sobre el envío de gasolina el capitán Ranjith Raja, un analista que rastrea los envíos de petróleo por mar en la firma de datos Refinitiv. “No hemos visto nada como esto antes”.