Orlando, Florida – A la mitad de camino de la campaña prolongada para contar a cada residente de Estados Unidos, los promotores de los derechos civiles temen que las poblaciones minoritarias se retrasan en la respuesta al censo 2020.
Ante los trastornos provocados a las campañas de participación por la pandemia global, tanto la Liga Urbana como el Fondo para la Educación de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO por sus siglas en inglés) advierten que poblaciones con grandes concentraciones de negros e hispanos están retrasadas con respecto al promedio nacional en la respuesta al cuestionario del censo.
El recuento decenal ayuda a determinar la asignación de 1,5 billones de dólares en fondos federales y el número de bancas en el Congreso que tiene cada estado.
Al comenzar 2020, sabíamos que el censo iba a ser extremadamente difícil. Sabíamos que la Oficina del Censo no había realizado preparativos suficientes para asegurarse de que todo resultaría como debía ser… y entonces llegó el COVID-19″, dijo Arturo Vargas, el CEO del Fondo Educativo de NALEO en una asamblea virtual.
La pandemia afecta en forma desproporcionada a la población latina, dijo, por eso “debemos encontrar la manera de que atraviesen el ruido que altera sus vidas cotidianas para hacer algo tan sencillo como leer el correo y llenar los formularios”.
La gente puede responder online, por teléfono o por correo, pero muchos estadounidenses no han tomado la iniciativa.
La tasa de respuesta por propia iniciativa en todo el país era de 61,5% esta semana. Los estados con grandes concentraciones de hispanos —Arizona, Florida, Nuevo México, Nueva York y Texas— estaban retrasados. En California, que invirtió 187 millones de dólares en una campaña para llegar a toda la población, respondió el 62% de los hogares, dijo Vargas.
Un análisis más detallado de las respuestas a fines de mayo y principios de junio realizado por el Centro de Investigaciones Urbanas de la City University de Nueva York reveló que los vecindarios con concentraciones de residentes negros tenían una tasa de respuesta por propia iniciativa de 51%, los de concentración hispana de 53,8% y los de mayoría blanca de 65,5%.
Los activistas de la Liga Urbana temen sobre todo que inmigrantes negros, negros de poblaciones rurales, hombres y mujeres antes encarcelados y niños menores de cuatro años queden fuera del recuento.
La Oficina del Censo planea enviar medio millón de trabajadores en los próximos meses a los hogares de personas que no han respondido, pero el presidente de la Liga Urbana, Marc Morial, dice que eso no basta: debe contratar gente para ir puerta a puerta, realizar más publicidad dirigida a poblaciones minoritarias y realizar un nuevo envío de formularios por correo.
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