El gobierno del presidente Donald Trump ha dicho lo mismo una y otra vez durante el reciente repunte de infecciones de COVID-19: No se preocupen, el mayor riesgo es sólo para una pequeña porción de los condados del país.
Al ofrecer este consuelo, el vicepresidente Mike Pence y el secretario de Salud y Servicios Humanos Alex Azar han dicho que sólo 3 o 4% de los condados del país registran un repunte de infecciones. Concéntrense en las “señales alentadoras”, dijo Pence a los senadores la semana pasada.
Pero ellos y otros funcionarios del gobierno están eludiendo un dato fundamental: Más del 20% de los estadounidenses viven en esos relativamente pocos condados.
La Casa Blanca ha señalado en reiteradas ocasiones el bajo total de condados, y Pence reafirmó el punto durante una entrevista televisada el domingo. Argumentó que los estados, y no el gobierno federal, deben marcar la pauta con las directrices de reapertura debido a que los brotes del coronavirus se están registrando en alrededor del “4% de todos los condados de este país”.
Azar aseguró el viernes que sólo el 3% de los condados representan “focos de infección” que son “sumamente preocupantes”.
El énfasis en el porcentaje de condados es una representación engañosa de la amenaza del virus.
La Casa Blanca proporcionó a The Associated Press un listado completo de los condados del país que reportaron incrementos en los casos de COVID-19 hasta el viernes. Los documentos revelaron que 137 de los 3.142 condados del país están en una mayor alerta, precisamente cerca del 4% en ese momento.
Pero en una medición demográfica, esos condados representan una porción mucho mayor — más de una de cada cinco personas en Estados Unidos.
Esos 137 condados son hogar de 68,3 millones de habitantes, de los 322,9 millones que hay en Estados Unidos. Eso significa que el 21,1% de los residentes del país viven en un “foco de infección” del virus.
Estados Unidos ha ingresado en semanas recientes a una peligrosa y nueva fase del coronavirus, con miles de nuevos casos diarios en diversos estados. Texas y Florida revirtieron medidas de reapertura y ordenaron el cierre de bares la semana pasada, mientras el número de infecciones confirmadas a diario alcanzaba máximos históricos.
Al hablar sobre la amenaza del coronavirus, la coordinadora del grupo de trabajo de la Casa Blanca, la doctora Deborah Birx, explicó el viernes que el grupo que dirige da seguimiento a condados de todos los tamaños, y que todos aquellos que residen en una zona de infección deben tomar las precauciones necesarias, incluyendo el uso de mascarillas y mantener la distancia social.
Mientras señalaba incrementos particularmente entre los pacientes menores de 40 años, Birx enfatizó que se requieren de muchas más pruebas de diagnóstico debido a que es más probable que las personas en ese rango de edad enfermen sin desarrollar síntomas y estén “propagando el virus sin saberlo”.
Las cifras de población, en condados y a nivel nacional, provienen del estimado de cinco años del Sondeo de Comunidades de Estados Unidos de la Oficina del Censo de 2018, el más reciente disponible.