La implementación de la estrategia municipal de rastreo de contactos de casos confirmados de COVID-19 que el Departamento de Salud coordina con los ayuntamientos se encuentra “parcialmente” completada debido a que no todos han entregado la documentación que es requerida para firmar los contratos o terminar el desembolso de fondos.
La coordinadora de la estrategia municipal de rastreo de contactos, Fabiola Cruz López, no precisó cuándo culminará su implementación.
PUBLICIDAD
Si bien es cierto que Cruz López reconoció a Metro Puerto Rico que el entrenamiento del personal y de los epidemiólogos encargados de los sistemas de rastreo de los municipios integrados a la estrategia comenzó, su implementación ha sido obstaculizada por escollos administrativos.
“La implementación se va levantando y, según [los municipios] vayan entregando todos los documentos, se irán entrenando. Tan pronto ellos tengan su epidemiólogo yo comienzo con ellos, no espero a que termine completa la parte administrativa”, expresó.
Hasta el momento, la estrategia de rastreo de contactos municipal cuenta con 70 municipios. Los ocho que no se encuentran integrados a la estrategia son Adjuntas, Aibonito, Morovis, San Germán, San Juan, San Sebastián, Toa Alta y Vieques. Los que se encuentran en la iniciativa recibirán parte de los $21.5 millones disponibles desde el 1 de julio. Estos fondos del CARES Act serán utilizados para contrataciones o recursos tecnológicos.
La epidemióloga explicó que, en estos momentos, existen dos sistemas de rastreo de contactos en Puerto Rico: el rastreo de contactos estatal y la estrategia de rastreo de contactos municipal.
La estrategia de rastreo de contactos municipal busca interconectar los sistemas de rastreo de cada uno de los municipios a una misma base de datos a la que subirán toda la información que consigan, dijo.
Lo que el Departamento de Salud busca es que la estrategia de rastreo de contactos municipal se “compagine” con la estatal para que no haya duplicidad de esfuerzos, añadió.
PUBLICIDAD
En los ocho municipios que no se encuentran integrados a la estrategia de rastreo de contactos municipal, los epidemiólogos regionales investigan y preparan la lista de personas con las que hayan compartido los casos confirmados de COVID-19. Luego los epidemiólogos regionales envían las listas al sistema de rastreo estatal que se encarga del rastreo per se. Los 70 municipios restantes que sí estén integrados a la estrategia pueden investigar y rastrear los casos por su propia cuenta, explicó. Solamente tienen que subir todo lo que hagan a la base de datos del Departamento de Salud.
La única injerencia que tienen los epidemiólogos regionales en los municipios que sí estén integrados a la estrategia municipal de rastreo es informarles lo que sucede a nivel estatal, mencionó.
Fallas a nivel regional
Los epidemiólogos Eva I. Gordián Rivera y Andrés Juliá Beltrán, a cargo de los sistemas de rastreo de contactos de Orocovis y Yauco —respectivamente— expresaron que previo a que Cruz López comenzara la estrategia municipal la comunicación con la oficina de epidemiología regional era intermitente.
En un principio, los dos epidemiólogos mencionaron haber observado una duplicidad en el rastreo de contactos, así como una disparidad en el recogido de datos.
En cuanto a Gordián Rivera, si bien es cierto que siempre tuvo comunicación con su oficina regional, había una discrepancia entre los números que reportaba el municipio y los que reportaba la región. La comunicación —a su juicio— era “inconsistente” o no respondían las llamadas.
“En estos procesos la comunicación es vital porque estamos viendo nosotros algo y queremos que todo el mundo entienda de verdad lo que está pasando”, esbozó.
Juliá Beltrán mencionó que la comunicación con la región todavía no es la mejor. El epidemiólogo mencionó que esto puede deberse a que la implementación de la estrategia municipal que busca subsanar estas deficiencias de comunicación no ha culminado.
“Yo entiendo que estamos en la transición, pero todavía no estamos en una misma página”, indicó.
Pese a los señalamientos de Gordián Rivera y Juliá Beltrán contra las fallas a nivel regional, reconocieron que Cruz López se ha mantenido en contacto y colaboración constante con ambos.
Lo que falta es voluntad
La catedrática del Departamento de Bioestadística y Epidemiología de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, Cruz María Nazario, explicó que el reciente despunte en casos ha sido por “falta de voluntad” para llevar a cabo la mayor cantidad de pruebas moleculares posible y por no concentrar el virus en una misma área de manera que sea más eficaz controlarlo.
El aplicar esas tres medidas hubiese desacelerado la rápida expansión del virus en Puerto Rico que se debe, en parte, a que los puertorriqueños tienden a transportarlo de un municipio a otro, mencionó.
“Aquí, desde marzo, se han perdido cuatro meses, ¿qué se hicieron durante esos cuatro meses y medio para montar un buen sistema de rastreo?”, preguntó la también epidemióloga.
La catedrática opinó que la privatización del sistema de salud no ha ayudado a resolver los contagios comunitarios por COVID-19. Por el contrario, son los sistemas de salud organizados desde las comunidades los que han tenido mejor manejo de estos brotes porque la clave de un buen sistema de salud público no es cuánto dinero tenga, sino cuán organizado esté.
Te podría interesar: