TERRE HAUTE, Indiana, EE. UU. — El Tribunal Supremo de Estados Unidos dio luz verde el jueves de madrugada para la segunda ejecución federal en otros tantos días.
La votación para permitir la ejecución fue de 5-4, con la oposición de los cuatro miembros progresistas del tribunal.
La juez Sonia Sotomayor escribió que “proceder ahora con la ejecución de Purkey, pese a las graves dudas y hallazgos probados sobre su competencia mental, arroja una sombra constitucional sobre la más irrevocable de las penas”. La respaldaban los otros jueces progresistas de la corte, Ruth Bader Ginsburg, Stephen Breyer y Elena Kagan.
Sin embargo, un tribunal menor emitió una orden temporal de emergencia para paralizar el proceso durante una hora mientras estudiaba varios aspectos del caso, demorando aún más la ejecución, prevista en un principio para el miércoles en el Complejo Correccional Federal de Terre Haute, Indiana.
Wesley Ira Purkey fue condenado por secuestrar, violar y asesinar a una joven de 16 años antes de desmembrar, quemar y arrojar el cuerpo de la adolescente en una fosa séptica. También fue condenado en un tribunal estatal en Kansas por haber matado con un martillo a una mujer de 80 años enferma de polio.
Daniel Lewis Lee fue ejecutado el martes en el mismo penal cuando fracasaron sus recursos de última hora. Fue la primera ejecución federal en 17 años.
Los abogados de Purkey, de 68 años, alegaron que tiene demencia y no es apto para ser ejecutado. Afirman que su estado se ha deteriorado tanto que no comprende por qué va a ser ejecutado. También señalaron que si la condena no se aplicaba el miércoles, el gobierno tendría que fijar una nueva fecha.
Sin embargo, los abogados del gobierno afirmaron que no había ningún obstáculo a completar la ejecución el jueves si el Supremo daba luz verde.
La cuestión de la salud mental de Purkey se planteó en la repetición de su juicio en 2003 y cuando el jurado tuvo que decidir más tarde si era condenado a muerte por el asesinato de Jennifer Long, de 16 años, en Kansas City, Missouri. La fiscalía le acusó de violar y apuñalar a la joven, descuartizarla con una sierra eléctrica, quemarla y arrojar sus cenizas en una fosa séptica en Kansas a 320 kilómetros (200 millas) de distancia.
También fue condenado y sentenciado a cadena perpetua por matar a golpes a Mary Ruth Bales, una mujer de 80 años de Kansas City, Kansas, que padecía polio.
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