Los mandatarios de Alemania, Francia e Italia pidieron el sábado a las naciones implicadas que “pongan fin a su creciente intromisión” en Libia y respeten un embargo de armas violado con frecuencia, además de estar dispuestos a considerar sanciones si persisten las transgresiones.
La canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro italiano Giuseppe Conte emitieron un comunicado conjunto después de discutir el tema de Libia al margen de una cumbre de la Unión Europea en Bruselas. Antes, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, había dicho este mes que la intromisión extranjera en la guerra de Libia ha alcanzado “niveles sin precedentes”.
Esto a pesar de un acuerdo alcanzado en enero en Berlín entre los gobernantes de las potencias mundiales y de otros países con intereses en la guerra en Libia a fin de respetar el embargo de armas, abstenerse de apoyar militarmente a las partes en conflicto y apremiarlas a concertar un cese al fuego total.
Libia ha sido el escenario de la agitación desde 2011, cuando una guerra civil devino en el derrocamiento del dictador de mucho tiempo Moamar Gadafi, que después fue asesinado. La extensa nación norafricana desde entonces está dividida en dos gobiernos rivales, uno en el este y el otro en el oeste, y cada cual tiene el apoyo de grupos armados y gobiernos extranjeros.
Merkel, Macron y Conte solicitaron una “cese inmediato de la lucha y frenar la actual carrera militar en todo el país”.
“También exhortamos a todos los participantes extranjeros a que pongan fin a su creciente intromisión y que respeten cabalmente el embargo de armas”, apuntó. Señalaron que “estamos dispuestos a considerar la posible imposición de sanciones si persisten las infracciones al embargo por mar, tierra y aire”, y señalaron estar pendientes de las propuestas para soluciones del titular de política exterior de la UE, Josep Borrell.
Los tres gobernantes no precisaron por su nombre los países sobre los que podrían recaer las sanciones.
Las fuerzas armadas estadounidenses están cada vez más preocupadas de la creciente influencia de Rusia en Libia, donde centenares de mercenarios rusos han apoyado la campaña del comandante libio Khalifa Hifter para capturar la capital, Trípoli, en la parte occidental del país.
Según el informe sobre operaciones antiterroristas en África preparado por el organismo de control interno del Pentágono y difundido el jueves, Turquía ha pagado y ofrecido la ciudadanía a miles de mercenarios que luchan al lado de grupos paramilitares en Trípoli contra los efectivos de Hifter.