Bruselas — Los líderes de la Unión Europea buscaban acuerdos el sábado, en una cumbre convocada para elaborar un presupuesto comunitario sin precedentes y un fondo para recuperación tras la pandemia de COVID-19 de 1.85 billones de euros ($2.1 billones).
La reunión se desarrollaba por segundo día en medio de grandes tensiones y los gobernantes lucían agotados luego de combatir la pandemia durante meses en sus países.
Tras las discusiones del viernes, que se prolongaron también durante la noche, los líderes de los 27 países del bloque solo aumentaron las discrepancias sobre cómo debería gastarse esa enorme suma y qué condiciones debería llevar asociadas.
El ambiente “fue más gruñón esta noche que esta tarde”, dijo el primer ministro de Holanda, Mark Rutte, a reporteros de su país tras las maratónicas negociaciones del viernes. “Esto va a llevarnos un tiempo, creo”.
El ejecutivo de la UE ha propuesto un fondo de 750,000 millones de euros, basado en parte en un mecanismo de préstamos comunitarios, para conceder créditos y ayudas a las naciones más necesitadas. Esto se sumaría al presupuesto 1 billón de euros para siete años sobre el que los líderes ya discrepaban antes de el COVID-19 barrió el continente.
Según un diplomático comunitario, las negociaciones atravesaron un “momento difícil” durante la noche y estaban estancadas en la monitorización de los fondos de recuperación, y apuntó que no estaba claro si habrá una salida. El diplomático habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir públicamente el contenido de las conversaciones celebradas a puerta cerrada.
La cumbre pasó a receso el sábado al mediodía para que cada delegación analizara las nuevas propuestas del anfitrión y presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo un diplomático europeo.
Estas propuestas reducen los montos de los subsidios en el paquete de rescate y elevan la proporción de préstamos a devolver, en aparente concesión al grupo de naciones “frugales” encabezado por Holanda, dijo el diplomático.
Pero el obstáculo principal sigue siendo el de cómo rastrear el dinero del rescate, dijo el diplomático. Michel propuso una medida que no permitiría a país alguno vetar cómo otros gobiernos gastan el dinero.
Otro diplomático dijo que las propuestas de Michel serían apenas el primer paso de una larga jornada hasta lograr el acuerdo. Los dos diplomáticos hablaron bajo la condición de no ser identificados por no estar autorizados a informar sobre las negociaciones a puertas cerradas.
Rutte es considerado el líder de las naciones “frugales”, que quieren que las ayudas de la UE para la recuperación tras el coronavirus vayan aparejadas a reformas económicas.
La pandemia sumió al bloque en una caída en picado y la economía de sus 27 naciones podría contraerse un 8.3% este año, según las últimas predicciones. Alrededor de 135,000 de sus ciudadanos murieron a causa del COVID-19.
En su primera reunión en persona desde febrero, los líderes llevaron mascarilla, se saludaron chocando los codos y se sentaron en una sala cavernosa en la que podían mantener la distancia de seguridad. Muchas de sus posturas negociadoras estaban más alejadas que sus sillas.
Tras dos sesiones poco fructíferas el viernes, el anfitrión de la cumbre, Michel se reunió con los actores clave — Rutte; el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban — en un intento de reducir las diferencias entre ellos. Orban no quiere que los fondos de recuperación tengan condición alguna, Rutte sí las quiere y Macron alega que Europa tiene que mostrarse solidaria para superar la crisis.
Macron y Rutte estuvieron entre los primeros mandatarios que llegaron al lugar de la cumbre el sábado.