Hace muchos años está en discusión si la comida rápida se considera comida como tal, o si es sólo un plástico con sabor, pero KFC lo llevó más allá y está fabricando su propia carne de pollo para nuggets, completamente artificial, gracias a una impresora 3D.
Ya la empresa había estado en la palestra por un mito urbano, por su cambio de nombre de Kentucky Fried Chicken a KFC, donde se supone que habría sido porque no podían seguir ocupando la palabra “pollo”, al ocuparlos genéticamente modificados, cosa que nunca ha sido confirmada, y de lo que no deberían preocuparse, con este nuevo invento.
Este ambicioso proyecto, que se está desarrollando en laboratorios de Rusia, tiene como objetivo entregar un producto mucho más saludable y, con esto, reducir considerablemente la cantidad de pollos sacrificados para el uso de esta comida rápida que está presente en gran parte del mundo.
La empresa, más que “imprimir comida”, está desarrollando un alimento artificial reproduciendo la carne de pollo desde una célula del animal, por lo que no sería mapa para personas veganas o vegetarianas. La forma en la que lo están haciendo corresponde a la bioimpresión en 3D, que significa tomar células del animal vivo y material vegetal, cultivarlas en el laboratorio, que en este caso es 3D Bioprinting Solutions y multiplicar estas células para lograr una pasta, que se imprime en forma de cubo, la que es condimentada, perfecta para los nuggets. La idea es reproducir tanto el sabor, como la textura de los productos tradicionales.
KFC explicó que le dio toda su receta secreta al laboratorio para que el producto fuera lo más parecido posible al sabor del pollo. “La idea surgió entre los socios en respuesta a la creciente popularidad de un estilo de vida saludable. Además del aumento anual de la demanda de alternativas a la carne tradicional. Y también la necesidad de desarrollar métodos más amigables con el medio ambiente y producción de alimentos”, comunicaron.