El papa Francisco rezó el miércoles por las víctimas, por las familias y por Líbano, un día después de la enorme explosión que sacudió el puerto de la capital, Beirut. Al menos 100 personas fallecieron y miles más resultaron heridas.
El pontífice apeló a que “a través de la dedicación de todos los elementos sociales, políticos y religiosos”, Líbano “pueda enfrentar este momento extremadamente trágico y doloroso y, con la ayuda de la comunidad internacional, superar la grave crisis que están viviendo”.
La ayuda internacional se dirigía a la capital libanesa. Polonia envió un equipo de unos 50 bomberos, incluyendo 39 rescatistas con cuatro perros y un módulo de rescate químico. Un avión militar griego viajaba hacia el país con un efectivos de búsqueda y rescate y equipos especializados, además de un perro rastreador. Chipre anunció que también enviará ayuda.
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