La industria de los casinos está que trina, pues mientras sus salones están cerrados por la orden ejecutiva del COVID-19, las máquinas tragamonedas —que están en vías de legalizarse por la legislación de videolotería— siguen operando sin regulación, sin distanciamiento social y sin aportar un centavo al erario.
Imágenes tomadas esta semana muestran a personas de edad mayor en colmados, panaderías y centros de máquinas jugando sin medidas como las que se les exigió en un momento dado a los casinos para reabrir. Luego de un breve período de operación, los casinos volvieron a ser cerrados en una orden ejecutiva desde el 16 de julio.
“Hay máquinas en farmacias, panaderías, chinchorros que están operando de manera ilegal, sin hacer la contribución que nosotros hacemos a Puerto Rico”, expuso en entrevista radial (WKAQ) Sigfredo de Jesús, gerente de Casino del Mar.
Mientras que el gerente de Casino Metro, Ismael Vega recriminó que supuestamente el gobierno no haya presentado evidencia científica para cerrar los casinos como si fuesen foco de contagio del COVID-19.
“Cuando abrimos, cumplimos con todos los protocolos, cumplimos con todas las promesas que le hicimos al gobierno y al pueblo y a nuestros clientes y a nuestros empleados de que lo íbamos a hacer bien y a velar por su salud ante todo y brindar un lugar de entretenimiento seguro”, dijo Vega. Destacó que luego del cierre delos casinos, los casos de COVID-19 han seguido por lo que el problema no serían ellos.
Tanto Vega como De Jesús, plantearon que los casinos aportan a la Compañía de Turismo y a la Universidad de Puerto Rico, entidades que se verán impactadas por el cierre de estos espacios. Mientras, apuntaron a que las máquinas que actualmente operan fuera de los casinos no están haciendo ninguna aportación al erario.
El reglamento para esas tragamonedas se pasó en verano pasado, pero aún no han salido licencias de las máquinas. Metro supo que hace unas semanas se abrió el proceso para que los maquineros soliciten las licencias. El tope de estas máquinas, según el reglamento, será de 25,000. Las máquinas operan actualmente sin licencia, mientras los casinos están cerrados.
