Una sonda espacial de la NASA alcanzó el martes la superficie de un asteroide, esquivando rocas del tamaño de edificios, para recoger un puñado de escombros cósmicos y traerlos de regreso a la Tierra.
Es la primera vez que Estados Unidos consigue material cósmico. Sólo Japón ha conseguido muestras de asteroides.
“No puedo creer que lográramos esto”, dijo Dante Lauretta, el científico líder del proyecto de la Universidad de Arizona. “La nave hizo todo lo que se suponía debía hacer”.
La nave espacial Osiris-Rex envió confirmación de su contacto con el asteroide Bennu, ubicado a más de 321 millones de kilómetros (200 millones de millas) de distancia, generando vítores del equipo de misión. Pero podría pasar una semana para que los científicos sepan qué tanto material fue recolectado, si es que hubo algo, y si se necesitará otro intento. De haber sido exitoso, Osiris-Rex regresará con las muestras en 2023.
Siguiendo las órdenes enviadas con mucha antelación por los controladores terrestres cerca de Denver, la nave espacial tardó 4 horas y media en bajar de su apretada órbita alrededor de Bennu.
La gravedad de Bennu era demasiado baja para que el Osiris-Rex aterrizara. El asteroide mide 510 metros (1.679 pies) de ancho. Como resultado, la nave tuvo que acercarse con su brazo robótico de 3,4 metros (11 pies) y tratar de recoger al menos 60 gramos (2 onzas) de Bennu.
La operación del martes fue considerada la parte más angustiosa de la misión, que comenzó con un lanzamiento en Cabo Cañaveral en 2016.
Los científicos quieren entre 60 gramos y 2 kilogramos (entre 2 onzas y 4 libras) del material negro, frágil y rico en carbono, que se cree que contiene los bloques de construcción de nuestro sistema solar.
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