Una sonda de la NASA está cargada con tantos fragmentos de suelo de asteroide recogidos esta semana que el compartimiento de muestras no puede cerrar, y preciosas partículas se están escapando al espacio, dijeron científicos el viernes.
Los científicos anunciaron la noticia tres días después de que la sonda Osiris-Rex tocó brevemente la superficie del asteroide Bennu, a 320 millones de kilómetros (200 millones de millas) de distancia.
El científico líder de la misión, Dante Lauretta, dijo que la operación del martes colectó mucho más material que el esperado para su regreso a la Tierra, en centenares de gramos. El contenedor de muestras al final del brazo robótico de la sonda penetró tan profundamente en la superficie del asteroide y con tal fuerza que fragmentos de roca quedaron trabados alrededor del borde de la tapa.
“Casi somos víctimas de nuestro propio éxito”, dijo Lauretta en una conferencia de prensa.
No hay nada que los controladores de vuelo puedan hacer para limpiar las obstrucciones y evitar que escapen más fragmentos de Bennu, afirmó Lauretta, así que el equipo tratará de colocar el contenedor de muestras dentro de la cápsula de retorno para el martes —mucho antes de lo planeado originalmente— . Se siguen escapando partículas y los científicos quieren minimizar la pérdida.
“El tiempo es esencial”, señaló Thomas Zurbuchen, jefe de misiones científicas de la NASA.
Una nube de partículas de asteroide podía verse alrededor de la sonda cuando ésta se alejaba de Bennu. La situación pareció estabilizarse, dice Lauretta, una vez que el brazo robótico dejó de moverse y fue asegurado.
El requerimiento para Orisis-Rex —la primera misión de muestras de asteroide de la NASA, con un costo de más de 800 millones de dólares— es traer al menos 60 gramos (2 onzas) de muestras. El material, rico en carbono, contiene material primigenio del sistema solar y pudiera ayudar a los científicos a entender mejor cómo se formaron los planetas y cómo se originó la vida en la Tierra.
Lanzada en el 2016, la sonda arribó a las cercanías de Bennu en el 2018. Independientemente de lo que tenga a bordo, dejará la vecindad del asteroide en marzo. Las muestras no llegarán a la Tierra hasta el 2023.
En tanto, Japón está esperando para diciembre su segundo cargamento de muestras tomadas de otro asteroide.
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