En un día de incertidumbre electoral y medidas jurídicas, Joe Biden ganó Wisconsin el miércoles, reclamando una parte fundamental del “muro azul” que se le escapó a los demócratas hace cuatro años y reduciendo las posibilidades de reelección del presidente Donald Trump.
Veinticuatro horas después del día de las elecciones, ningún candidato había conseguido aún los 270 votos electorales que necesita para ganar la presidencia de Estados Unidos. Los márgenes seguían apretados en estados sumamente disputados, incluidos Michigan y Pensilvania. Pero la victoria de Biden en Wisconsin se alzaba como un paso importante hacia la Casa Blanca.
PUBLICIDAD
The Associated Press dio la victoria a Biden en Wisconsin luego de que los funcionarios electorales del estado dijeron que todas las papeletas pendientes habían sido contabilizadas, salvo por unos pocos cientos de votos en un municipio y un previsiblemente pequeño número de votos provisionales.
La campaña de Trump solicitó un recuento de votos. Históricamente, tras un recuento, los resultados en Wisconsin han cambiado por apenas unos cientos de votos. Biden ganó por 0,624 puntos porcentuales de las casi 3,3 millones de papeletas contabilizadas.
De momento no estaba claro cuándo o qué tan rápido se podría declarar al ganador de los comicios nacionales tras una larga y enconada campaña electoral dominada por la pandemia de coronavirus y los estragos que tuvo sobre los estadounidenses y la economía del país. Pero las posibles rutas para que Biden llegue a la Casa Blanca se estaban expandiendo rápidamente.
Luego de ganar en Wisconsin, el demócrata tenía 248 votos electorales, a 22 de distancia de los 270 que necesita para obtener la presidencia. El exvicepresidente tenía varias combinaciones posibles de estados importantes para conquistar la victoria. Por ejemplo, la combinación de Nevada con Michigan o con Georgia le daría precisamente 270.
El director de campaña de Trump, Bill Stepien, dijo que el presidente solicitaría formalmente un recuento en Wisconsin, alegando “irregularidades” en varios condados. Y la campaña señaló que iba a interponer demandas en Michigan y Pensilvania para suspender el conteo de votos con base en que no se le dio el acceso adecuado para observar el proceso.
PUBLICIDAD
Al mismo tiempo, cientos de miles de votos seguían siendo contabilizados en Pensilvania, y la campaña de Trump dijo que iba a tomar acciones para intervenir en el litigio existente en la Corte Suprema sobre el conteo de votos por correo en ese estado.
En otras contiendas, Trump ganó Florida, el más poblado de los estados que no tienen una preferencia electoral constante, mientras que Biden conquistó Arizona, una entidad que había votado por los republicanos en los últimos comicios.
La campaña de Trump cuestionó los resultados en Arizona, y algunos asesores llegaron a la conclusión de que, sin Wisconsin, su mejor, y poco probable, camino hacia la victoria era ganar ese estado y Pensilvania. Existía la posibilidad de un recurso judicial en Arizona.
La naturaleza agitada de la contienda presidencial reflejaba una noche un tanto decepcionante para los demócratas, que habían tenido la esperanza de ganar con un repudio total de los votantes a los cuatro años de Trump en el cargo y de reclamar al mismo tiempo el Senado para tener un control total de Washington. Pero el Partido Republicano se aferró a varios escaños del Senado que habían sido considerados vulnerables, incluyendo Iowa, Texas, Maine y Kansas. Los demócratas perdieron escaños en la Cámara de Representantes pero se esperaba que conservaran el control allí.