África pasó el domingo el umbral de 3 millones de casos confirmados de COVID-19, incluidas más de 72.000 muertes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África.
Con más de 1,2 millones de casos reportados, incluidas 32.824 muertes, Sudáfrica representa más de 30% del total del continente de 54 países y 1.300 millones de habitantes. La alta proporción de casos en Sudáfrica podría deberse a que el país realiza más pruebas que muchos otros países africanos.
Sudáfrica está sufriendo un resurgimiento de la enfermedad, provocada por una variante del virus que es más contagiosa y se propaga rápidamente. Muchos hospitales están llegando a su capacidad límite, sin embargo se anticipa que siga aumentado el número de infectados, según expertos de salud.
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El reporte a siete días del promedio diario de casos nuevos en Sudáfrica ha aumentado en las últimas dos semanas de 19,86 casos por cada 100.000 personas el 26 de diciembre a 30,18 casos por cada 100.000 personas el 9 de enero, según la Universidad Johns Hopkins.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, se reunirá esta semana con su gabinete para considerar si deben implementarse más restricciones para ralentizar la propagación de la enfermedad, mientras sopesa la necesidad de avivar el crecimiento económico. El gobierno ya ha impuesto medidas que incluyen una prohibición a la venta de licor, el cierre de bares y restringir el número de personas en reuniones públicas.