La policía de Londres dijo el viernes que interrumpió una boda a la que asistieron 150 personas a pesar de una cuarentena nacional que prohíbe las reuniones de varias familias.
La fiesta se realizaba en una escuela cuyo director murió de COVID-19 el año pasado.
La policía dijo que halló una gran cantidad de gente apretujada en la escuela con las ventanas tapadas el jueves por la noche. “Las investigaciones hallaron que el grupo se había reunido para una boda”.
Las bodas solo están permitidas en “circunstancias excepcionales” —por ejemplo, que uno de los novios sufra una enfermedad grave— y con una asistencia de seis personas como máximo.
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La policía dijo que el organizador podría enfrentar una multa de 10.000 libras (13.600 dólares). Muchos invitados huyeron cuando llegó la policía, pero cinco personas debieron pagar multas de 200 libras.
La Escuela Secundaria de Niñas Yesodey Hatorah, una secundaria judía ortodoxa financiada por el gobierno, dijo que estaba “absolutamente horrorizada por el evento de anoche y lo condena de la manera más enérgica”.
El gran rabino del Reino Unido, Ephraim Mirvis, también condenó el evento.
Tuiteó que “en momentos en que todos hacemos tantos sacrificios, es un rechazo de la responsabilidad de proteger la vida, y la abrumadora mayoría de la comunidad judía aborrece semejante conducta ilegal”.