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El increíble relato del joven que recibió primer trasplante exitoso de rostro y manos del mundo

Joe DiMeo sufrió un accidente que lo dejó con el 80% del cuerpo quemado. Hoy, a menos de 3 años, cirugías y trasplante incluido, se muestra agradecido.

En julio de 2018, Joe DiMeo enfrentó el trágico accidente automovilístico que le dejó el 80% de su cuerpo quemado. Se quedó dormido cuando conducía desde su trabajo hasta su casa, luego de un turno nocturno. De ahí en más, todo fue una batalla constante.

Despertó en el hospital donde lo ingresaron tras casi tres meses de intensos tratamientos y alrededor de 20 cirugías, como informó People, medio al que el joven oriundo de Nueva Jersey le brindó una entrevista. Pero ese “despertar” significó encontrarse con un cuerpo totalmente nuevo. Médicos debieron amputarle los dedos debido a las quemaduras graves, no tenía labios y los párpados estaban completamente fusionados. “Hicieron lo mejor que pudieron por mí”, dijo el joven agradecido.

Relató que cuando estuvo de regreso en su casa, “solía tumbarme en el sofá porque no podía hacer nada en absoluto”. “Me sentaba en el sofá y miraba la televisión y jugaba con mis perros, y trataba de ser lo más activo posible”, contó.

Así, a pesar de que siempre vio el lado positivo de las cosas, en 2019 comenzó con las conversaciones respecto de un posible trasplante, con el Dr. Eduardo Rodríguez, un experto de renombre mundial en cirugía plástica reconstructiva en NYU Langone Health en la ciudad de Nueva York.

“Cuando hablamos de la posibilidad de hacer tanto las manos como la cara, tuve que hacerle saber que esto se ha intentado dos veces en el mundo y ambos han fallado, y de hecho uno de esos pacientes murió”, dijo Rodríguez al mencionado medio.

Despertar tras el trasplante

“Cuando completamos esta operación y miré a Joe con una nueva cara y dos brazos y se ven perfectos, estaba tan orgulloso de este equipo que se unió, y más aún a través de esta gran crisis de salud que ninguno de nosotros ha experimentado nunca. Y lo logramos”, comentó el especialista.

Por su parte, tras realizar una importante recuperación , DiMeo celebró. “Hago muchas cosas de motricidad fina pellizcando y apretando y tratando de que los músculos más pequeños funcionen. Es un poco más complicado porque sé que puedo hacer esas cosas, pero solo tengo que encontrar el músculo adecuado para hacerlo”, aseveró.

“Me siento realmente agradecido”, dijo  DiMeo. “Puedo sentir el pelaje de mi perro, o cuando lame su palma, y ​​eso me hace feliz. Son las pequeñas cosas que haces todos los días, y no sabes que se han ido hasta que las pierdes”.

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