Coronavirus

Mutis de Salud ante escasez de segundas dosis de la vacuna contra el Covid-19

La agencia no ha reaccionado a la situación en la que personas no pusieron recibir la segunda dosis, pese a estar en turno para ello

Fila vacunación Dennis A. Jones

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Luego de que esta mañana el ayudante general de la Guardia Nacional, José Reyes, aceptara que se tuvo que cancelar la administración de la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19 a personas que estaban en turno para recibirla, el Departamento de Salud ha permanecido en silencio ante la situación, pese a que desde un inicio han recalcado que esa segunda dosis estaba “garantizada” para todo el que se pusiera la primera.

Al momento de publicación, la agencia no había contestado preguntas sometidas por escrito desde horas de la mañana mediante las que se buscaba conocer los motivos para el retraso en la llegada de estas dosis y posibles alternativas para enfrentar la escasez.

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A peticiones de Metro, la portavoz de Salud, Lisdián Acevedo ha indicado que se encontraba a la espera de recibir la información.

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Aunque las autoridades han insistido que las personas tienen una ventana de hasta 42 días para recibir la segunda dosis de las vacunas elaboradas por Pfizer y Moderna, la infectóloga Ángeles Rodríguez advirtió que no hay garantía científica de que la inoculación será efectiva con un intervalo tan extenso.

Más bien, dijo Rodríguez, la administración de la segunda dosis de Pfizer debe ser, a más a tardar, dentro de los 26 días, mientras, en el caso de Moderna, a los 33 días.

El intervalo ideal para la segunda dosis es de 21 días en el caso de la vacuna de Pfizer, y de 28 para la de Moderna.

“Lo que dice la literatura es que hay una ventana de cinco días antes y después (del periodo recomendado de 21 o 28 días) para que funcione de manera ideal. La primera crea de 60% a 65% de anticuerpos neutralizantes, y la segunda dosis lleva la eficacia a 95%. Prolongar el tiempo (de espera) para el ‘booster’ (segunda dosis) puede disminuir la eficacia del ‘booster’. Dependiendo de cuán largo sea el periodo podrías tener que empezar a vacunarte de nuevo”, señaló la ex epidemióloga del Estado.

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La experta apuntó a que en países como Inglaterra, que ha tenido que lidiar con una variante del Covid-19 más contagiosa que la original, se ha experimentado con un intervalo de hasta 84 días, con el objetivo de que la mayor parte de la población desarrolle algún nivel de anticuerpos lo antes posible.

“No sé cuán bien les vaya a resultar, todo se está viendo sobre la marcha. Es una vacuna nueva, todo puede cambiar de un momento a otro. Especialmente para poblaciones vulnerables, como personas que tienen una capacidad disminuida de generar anticuerpos o inmunosuprimidas, la posibilidad de desarrollarlos en su forma máxima está comprometida. No sería recomendable que de ninguna forma se arriesgue esa vacunación fuera de los parámetros ideales”, sostuvo Rodríguez.

Si bien reconoció que el envío de vacunas a Puerto Rico está en manos de las autoridades federales, Rodríguez planteó que la súbita escasez de segundas dosis responde a la “improvisación” de la Guardia Nacional, que opera seis centros de inoculación alrededor de la isla.

“Fueron acciones populistas sin pensar. Específicamente las actividades en que la Guardia Nacional estaba invitando a gente ir a vacunarse sin medir que a esas personas que se les tiene que garantizar la segunda dosis porque, si no, pierden la primera vacuna. Son iniciativas bien intencionadas, pero mal ejecutadas y hechas sin pensar”, opinó Rodríguez, recordando la vacunación fuera de turno de decenas empleados de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE).

La semana pasada el secretario designado de Salud, Carlos Mellado, emitió una orden administrativa para limitar el proceso de vacunación, por el resto de febrero, a personas mayores de 65 años, empleados escolares y profesionales de la salud que aún no se hubieran inoculado. Aquellas personas de otros sectores a las que ya se le hubiera administrado la primera dosis, sin embargo, podrían recibir la segunda.

Luego de esa directriz, la Guardia Nacional comenzó a vacunar en sus centros a adultos mayores, que anteriormente solo tenían la posibilidad de obtener un turno a través de las grandes cadenas de farmacias u otros proveedores privados.

Rodríguez instó al Departamento de Salud a “ponerse las pilas” y limitar el campo de acción de la Guardia Nacional en este proceso.

“Lo del Pedrín Zorrilla (uno de los centros de la Guardia Nacional) ni lo de la CEE es culpa del Departamento de Salud. La misión de la Guardia Nacional es transporte y distribución […] Entiendo que muchas de las cosas que están haciendo se sale de las funciones. Muchas de las misiones en que se ha metido la Guardia Nacional en esta pandemia no las ha sabido hacer. Se están metiendo en cosas, con buena intención, que lo que hacen es entorpecer a los demás. Esto es una situación médica, no estamos en un campo de batalla”, recalcó la infectóloga.

En entrevistas con varios medios, el general Reyes ha argumentado que los cargamentos de segundas dosis que se esperaban para esta semana se retrasaron.

“Se esperaba ayer lunes que un cargamento de dosis llegara a Puerto Rico para reabastecer. No llegó, está programado para llegar hoy. Las personas que ya estaban programadas, se le está dando una cita para las próximas 24 a 48 horas”, dijo en entrevista con WKAQ.

Para resolver la desorganización que ha plagado el proceso en las pasadas semanas, Rodríguez manifestó que será necesario establecer un sistema de citas “funcional”, así como una campaña educativa que permita a la población entender mejor los objetivos que se buscan mediante la administración de la vacuna.

Asimismo, recalcó que es vital asegurarse de que haya una segunda dosis disponible para cada vacuna que se administre, incluso si eso implica ralentizar el proceso.

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