El impacto emocional y económico provocado por la pandemia del COVID-19, podría perjudicar el desempeño de los estudiantes en la toma de pruebas estandarizadas como el College Board, según opinaron educadoras consultadas por Metro.
Para la profesora Gloria Baquero la pandemia ha trastocado el desempeño académico de los estudiantes y los niveles de ansiedad han reducido la capacidad del estudiantado a concentrarse y a retener el material que recibe mediante las clases virtuales.
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“Vamos a tener un rezago académico de destrezas básicas y se va a reflejar en las pruebas que ofrezca el Departamento cuando las ofrezca y en el College Board porque los estudiantes no están desarrollando las destrezas como normalmente se esperaba. Así que tratar de evaluar siguiendo la norma que se seguía cuando la enseñanza era presencial, querer ahora evaluar unas destrezas u otra modalidad sin hacer ajustes, me parece que ni es justo para los estudiantes ni es una cosa muy válida”, señaló la profesora de maestría en National University College.
Baquero opinó que las universidades del país no deberían considerar dicha prueba para evaluar una solicitud de nuevo ingreso de un estudiante. En la alternativa, la expresidenta de la NUC indicó que, aquellas que decidan utilizar el College Board como requisito de ingreso, deben contemplar una disminución en el índice.
Al momento, la Universidad Interamericana, Universidad Ana G. Méndez y la Pontificia Universidad Católica eliminaron, de forma temporal, el College Board como requisito de ingreso. En cambio, la Universidad de Puerto Rico (UPR) mantuvo dicho requisito pese a una solicitud del Presidente Jorge Haddock a la Junta de Gobierno de la institución.
Por su parte, la profesora Nellie Zambrana también planteó que el escenario de incertidumbre provocado por la pandemia del COVID-19 ha perjudicado el desempeño de los estudiantes, por lo que podría verse reflejado en los resultados de las pruebas del College Board.
En diciembre, se administró la primera prueba del College Board en medio de la pandemia a la cual, según el entonces secretario de Educación, Eligio Hernández, asistieron unos 3,500 estudiantes del sistema público. Dicha prueba diagnóstico se administró pese a los reclamos del magisterio que planteó que la celebración presencial de estas pruebas pondría en riesgo de contagios a los docentes y estudiantes.
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“Aunque muchos estudiantes la pasaron y atravesaron por esa aventura, estoy segura de que la confiabilidad del resultado de las pruebas se tuvo que haber afectado por el elemento de la fatiga mental y emocional de esa situación”, dijo la profesora Nellie Zambrana, catedrática de la Facultad de Educación, de la UPR.
Añadió que aquellos estudiantes de escasos recursos podrían encarar un impacto mayor en su educación ya que las necesidades económicas podrían sumarle otra preocupación.