Al rededor de unas 2,500 personas esperaban vacunarse su segunda dosis de la vacuna de COVID-19 en el Coliseo Mario “Quijote” Morales, en Guaynabo, pero al llegar al centro de vacunación se toparon con una fila kilométrica que rondaba toda la instalación deportiva.
Al filo de las 1:00 de la tarde, cientos de personas de 65 años o más, junto a uno que otro familiar como acompañante, esperaban bajo el sol del mediodía luego de recibir una notificación este semana anunciando que su cita para recibir su vacuna fue postergada para hoy dado a la nevada en Estados Unidos que demoró el recibo de más dosis.
La vacunación fue organizada por la Coalición de Vacunación de Puerto Rico (VOCES), organización que ha colaborado junto al Departamento de Salud para administrar vacunas en distintos puntos de Puerto Rico.
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María Camacho, de 73 años, fue citada para las 9:45 a.m. Llegó 15 minutos antes a la fila junto a su nieto y tres horas más tarde, a las 1:13 p.m., a penas llegaba a la entrada del coliseo.
“Anoche me enviaron un correo electrónico de que mi cita estaba pautada para hoy”, expresó Camacho en las afueras de la instalación a Metro Puerto Rico.
“Bien mal organizado“, agregó.
Detrás de ella esperaba Ana María Andino, de 67 años, sentada en una silla de playa, un objeto avistado comúnmente en estos tipos de fila.
En contraste, ambas aclararon que su primera experiencia, en el mismo lugar, fue un éxito y no les tomó tanto tiempo.
Este medio llegó hasta el final de la fila, cerca de donde mismo termina, y durante el recorrido múltiples personas en espera expresaron su queja de permanecer horas bajo el sol para recibir su dosis de la vacuna.
No obstante, dentro del “Quijote” Morales, el escenario era uno distinto.
Decenas de mesas en el centro del lugar atendían a personas para vacunarlos. Bajo aire acondicionado, el proceso se agilizaba mientras pasaba el tiempo.
Según Lilliam Rodríguez Capó, portavoz de VOCES, el alto volumen de personas hoy se debió a que muchos de los citados acudieron al lugar antes de la hora acordada.
“Les dices a las personas que si le toca a las 11:00, que lleguen 15 minutos antes, y te llegan a las 8:00 de la mañana“, expresó Rodríguez Capó en entrevista con este medio.
“En vez de respetar el turno, llegan dos horas antes. Entonces obviamente se te va a aglomerar a la gente. Es inevitable”, continuó.
En efecto, varias de las múltiples personas que esperaban afuera bajo el sol y fueron consultadas por Metro Puerto Rico estaban una media hora antes de su turno.
Sin embargo, la también fundadora de la organización aseguró que no estarán cancelando ninguna cita y que se quedaría hasta que la última persona fuera vacunada.
“Nosotros nos vamos a quedar hasta que terminemos. Vinimos a administras 2,500 y nos vamos a quedar hasta que las administremos”, apuntó.