Habiéndose desvanecido la posibilidad de presentar prueba en el juicio sobre la inmensa mayoría de las papeletas cuya legalidad es cuestionada, la representación legal de Manuel Natal presentó esta mañana como testigos a tres funcionarios del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) que trabajaron en el escrutinio del voto adelantado del municipio de San Juan, como parte del tercer día de vistas de la impugnación de la elección del alcalde Miguel Romero.
Los funcionarios Bianca Valdés Fernández, Carlos Nieves Álvarez y Ricardo Camay se hicieron eco de los reclamos que ya habían presentado múltiples testigos en las vistas realizadas la semana pasada, entre ellos la falta de actas de incidencia que dieran cuenta del rastro de los maletines de la Junta Administrativa de Voto Ausente y Adelantado (JAVA) que se llevaban a las mesas para su escrutinio.
Camay, quien especificó que trabajó con actas de consolidación del precinto 2, afirmó que para los trabajos de la Unidad 77 –que incluye voto por correo, ausente, a domicilio y confinado–, en el caso de las papeletas que habían sido leídas por las máquinas de escrutinio electrónico se les entregaban carpetas con los recibos de resultados que expedían las máquinas.
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“No nos daban más información. No teníamos constancia. Nos daban los recibos sin ningún rastro de custodia. Teníamos que creer por fe que eso era lo único que había”, respondió Camay a preguntas de Tamara Sosa Pascual, abogada de Natal, sobre cómo los funcionarios sabían si se les había entregado la totalidad de los recibos correspondientes a un precinto.
Además, Camay aseguró que “todas” las actas del Colegio 3 de la Unidad 77 –que a su vez correspondían a votos contados manualmente– se tenían que revisar, ya que les llegaban con “descuadres”, que describió como incongruencias entre los números de votos anotados en distintos renglones. En ocasiones, declaró, la suma de votos adjudicados a los candidatos se quedaba por debajo de la cantidad que se anotaba en el resumen, mientras en otras se excedía de forma “exorbitante”.
“Era tan repetitivo que por eso (el escrutinio) se retrasó tanto. Ninguna estaba completa sin ningún error. Como no tenía rastro de custodia no sabíamos si ya (los resultados) se habían entrado al sistema o si estábamos duplicando votos”, subrayó Camay.
Poco antes, el juez Anthony Cuevas había puntualizado, tras objeciones de los abogados de Romero y la Comisión Estatal de Elecciones, que el objetivo del escrutinio es, precisamente, corregir posibles errores en los resultados reportados en la noche del evento electoral.
“Independientemente de ese descuadre, ellos rehicieron el acta o la sábana. Y la sábana que se utilizó al final fue la sábana que ellos trabajaron ya corregida, en balance. El trabajo de ellos era ese, verificar. Es lo que él ha declarado, igual que todos los demás que trabajaron en mesa. Trabajar en mesa es verificar y cotejar los errores matemáticos y entonces es lógico que van a encontrar actas con descuadre. Para eso es que están allí. Si no, no hubiera escrutinio”, planteó Cuevas durante el testimonio de Camay.
Camay también testificó que llegó a trabajar en el proceso de comparación de cantidad de votos adelantados de San Juan y electores que participaron de alguna de esas modalidades, pero Sosa Pascual no lo interrogó a fondo sobre ese asunto, pese a que uno de los argumentos de la demanda de Natal es que se contaron 1,530 papeletas municipales en exceso de la cifra de votantes.
Previo al testimonio de Camay, declaró Nieves Álvarez, quien señaló que en el proceso de recuento de las papeletas legislativa y municipal que se realizó en el precinto 1 no había balance adecuado en las mesas, toda vez que cada funcionario de partido insertaba papeletas en las máquinas de escrutinio sin mayor supervisión. El funcionario aseguró que tanto él como los supervisores de línea del MVC levantaron bandera constantemente sobre esa situación, pero que la instrucción era que se continuara con los trabajos.
Sin embargo, a preguntas de la abogada de Natal que lo interrogó, Diocelina Velázquez, no pudo responder a qué se refería el término de “maletines ciegos”. Durante el primer día de juicio, el observador de Natal, Guillermo San Antonio Acha, definió el concepto como aquellos maletines de los que se desconocía su procedencia.
Nieves Álvarez sí recordó que se ordenó el recuento del voto adelantado del precinto 1 ya que las actas “no cuadraban de ninguna manera”.
Valdés Fernández, en tanto, detalló que trabajó principalmente en el escrutinio de maletines del precinto 3, así como algunos maletines de los precintos 1 y 4. La funcionaria precisó que, aunque solamente procedía el recuento de la papeleta legislativa, en mesa se contaba la cantidad de papeletas de las demás categorías, ya que los maletines de la JAVA llegaban sin actas de incidencia.
En una ocasión, dijo, recibió un maletín que contenía únicamente de 650 a 700 papeletas municipales, sin otras categorías de papeletas.
Sin embargo, como ha sido la constante desde el inicio del juicio, el testimonio de los funcionarios y observadores se ha visto limitado ante la imposibilidad de hacer referencia específica a las actas de incidencia que la representación legal de Natal no incluyó como parte de la moción de evidencia que ordenó el juez Cuevas previo al inicio de las vistas.
De acuerdo con los abogados del candidato del MVC, en unas 17 actas de incidencia se hace constar que 5,327 papeletas municipales no estaban respaldadas por una cadena de custodia.
Los testigos, asimismo, se han visto impedidos de detallar el margen de los alegados descuadres u otras irregularidades observadas al trabajar con las actas de escrutinio.
La prueba excluida por Cuevas solo podría admitirse en caso de que la sentencia del Tribunal de Primera Instancia se elevara en apelación, luego de que ayer un panel del Tribunal de Apelaciones ratificara la exclusión.
Valdés Fernández añadió en su testimonio que, al concluir el escrutinio de un maletín, se segregaban las cuatro categorías de papeletas, se colocaban en bolsas plásticas separadas y se guardaban nuevamente en el maletín. En el primer día de juicio, San Antonio Acha declaró que frecuentemente se traían a las mesas de escrutinio papeletas en bolsas sueltas, en lugar de estar contenidas en un maletín.
Durante el interrogatorio de la abogada Sosa Pascual, Valdés Fernández mencionó que los maletines tenían un sello con un número, pero que no era posible corroborar si se trataba de un maletín ya atendido previamente porque no había acta de incidencia que permitiera parear el número del sello.
Luego del receso hasta la 1:30 p.m., se espera que la vista proceda con el contrainterrogatorio a Camay.