La Coalición Científica de Puerto Rico, nombrada por el gobernador Pedro R. Pierluisi, presentó hoy al ejecutivo y al Departamento de Salud un análisis y recomendaciones sobre estrategias para pruebas diagnósticas de COVID-19 a realizarse en Puerto Rico durante este segundo año de la pandemia. Una de las recomendaciones es no utilizar las pruebas serológicas o rápidas bajo ningún contexto como prueba diagnóstica para el COVID-19.
“La ciencia ha avanzado mucho en el pasado año, incluyendo las estrategias de detección del virus. Conforme a la orden ejecutiva OE-2021-001, donde el gobernador Pedro R. Pierluisi ordena al Secretario de Salud a crear, diseñar y ejecutar un programa que resulte en la administración masiva de pruebas para detectar el COVID-19, presentamos un análisis de dónde está Puerto Rico en el tema de las pruebas, cómo ha avanzado la ciencia y hacemos recomendaciones puntuales para crear sistemas robustos que nos permita diagnosticar el comportamiento del virus durante los procesos de reapertura en este próximo año, y detectar posibles repuntes de infecciones”, expresó Marcos López, PhD, miembro de la Coalición Científica de Puerto Rico.
Los miembros de la Coalición entienden que las estrategias debiesen ajustarse para lograr tres metas: 1) mayor accesibilidad a pruebas diagnósticas, 2) distribución y uso de pruebas en puntos claves durante los procesos de reapertura y 3) ajustes en el uso de pruebas y estrategias científicas para monitorear el virus y sus variantes.
“Comenzamos nuestros análisis examinando qué pruebas se han hecho en Puerto Rico durante la pandemia, las oportunidades y los retos, en el contexto de dónde está la ciencia hoy. Han habido momentos difíciles de escasez de pruebas en Puerto Rico, y momentos, como los que atravesamos hoy, donde hay una abundancia de pruebas pero la gente no se está haciendo suficientes pruebas. Esa oferta y demanda, y esa accesibilidad, debería estabilizarse, entendiendo que, contrario a cuando comenzó la pandemia, ya existen sobre 300 pruebas autorizadas para uso en los Estados Unidos y Puerto Rico. No hay razón para que una persona que quiera hacerse una prueba, no pueda hacérsela. Uno de los aspectos únicos en Puerto Rico es la cantidad de laboratorios privados que tenemos a través de toda la Isla y cómo esto aumenta la accesibilidad a la población. De hecho, se han logrado realizar ya más de 1.7 millones de pruebas moleculares diagnósticas”, expresó Barbara Segarra, colaboradora de la Coalición Científica de Puerto Rico.
La Coalición enfatiza que el 84% del total de pruebas realizadas en Puerto Rico durante la pandemia se realizaron en laboratorios clínicos privados o centros académicos. Los momentos de ‘escasez’ de pruebas, que tanto afectaron la ciudadanía, surgieron en parte por barreras administrativas que prevenían el acceso a reactivos o la ejecución de las pruebas en estos laboratorios del sector privado. Algunas de esas barreras aún existen y limitan el acceso a pruebas, barreras como, por ejemplo, el requisito en algunos contextos de una orden médica para hacerse una prueba, desinformación sobre el tipo de prueba que se debe estar haciendo o el que no se autorice para ciertas pruebas un recobro, por parte de los planes médicos, sobre la toma de muestra. La Coalición recomienda que se remuevan estas barreras y se afinen las alianzas, como se ha hecho ya en la mayoría de las jurisdicciones de los Estados Unidos y en otras partes del mundo, entre el Departamento de Salud y el sector privado para extender el acceso de las pruebas a la ciudadanía.
La Coalición entiende que el tipo de pruebas que se deben estar enfatizando debe cambiar conforme han ido cambiando el acceso a las pruebas y los conocimientos científicos asociados a las mismas.
“Las pruebas serológicas no son pruebas diagnósticas. No recomendamos el uso de pruebas serológicas como instrumento diagnóstico en ningún contexto. Entendemos que algunos ciudadanos vacunados se están realizando pruebas serológicas para establecer inmunidad luego de la vacunación. Enfatizamos que esas pruebas no necesariamente miden los anticuerpos neutralizantes que surgen luego de la vacunación, y recomendamos evitar dicha práctica”, expresó Mildred Lozada, miembro de la Coalición Científica de Puerto Rico.
“Por otro lado, reconocemos la existencia de nuevas variantes y la necesidad de tener sistemas que nos permitan identificarlas. Recomendamos la implementación de programas de vigilancia basados en epidemiológica molecular enfocados en las variantes de COVID-19 que permita contener contagios comunitarios y la evaluación de las dinámicas de transmisión de estas,” expresó la Dra. Kenira Thompson de la Coalición Científica. “Los programas deben incluir el aislamiento del virus y el análisis de neutralización de librerías de sueros de pacientes vacunados, por rangos de edad y de plasma de pacientes recuperados para establecer si los anticuerpos neutralizantes que nuestra población está produciendo, son capaces de neutralizar las variantes o cepas circulantes. Se deben también apoyar proyectos de vigilancia e investigación que resulten en la construcción de librerías de sueros de pacientes vacunados y la realización de pruebas serológicas IgG/IgM, pre- y post-vacunación en poblaciones en riesgo. Esto permitirá entender en que medida las personas están o no están generando anticuerpos anti-SARS-CoV-2. Entendemos que estas estrategias son la manera correcta y rigurosa de monitorear la inmunidad en Puerto Rico, y en el contexto de las variantes”.
Además, la Coalición reconoció que hay otras maneras nóveles de integrar la ciencia en el monitoreo del virus que aún no se han usado en Puerto Rico, y que deberían integrarse para robustecer los sistemas de vigilancia. Por ejemplo, la Coalición recomendó que se ajuste la distribución de pruebas y las estrategias al contexto de aperturas incluyendo su uso estratégico en aeropuertos, escuelas, agencias gubernamentales o el sector privado. Recomendó la integración de métodos, como la agrupación de muestras o “pooling”, para monitoreo e contextos grupales, como reaperturas de escuelas. También recomendó la implementación de nuevos programas de epidemiología ambiental de aguas residuales que permita monitorear focos de infección y establecer posibles brotes mediante la detección de la presencia del virus SARS-CoV-2 en estas muestras. El proceso incluso pusiese incluir el rastreo de mutaciones de algunas variantes, así como la determinación de la concentración relativa de estas.
“La pandemia no ha terminado, pero en Puerto Rico tenemos los conocimientos científicos para poder monitorear los comportamientos del virus y hacer los ajustes necesarios para proteger a la población. A un año de esta pandemia, recomendamos nuevas vigilancias para que no nos encontremos nuevamente en circunstancias donde haya escasez de recursos o acceso a pruebas que no nos permitan entender los comportamientos del virus y tomar decisiones basadas en ciencia. Exhortamos el Departamento de Salud a la implementación de estos nuevos programas, que aumentarán su capacidad y el acceso a las pruebas por parte de la ciudadanía. Exhortamos de igual forma a la ciudadanía a que continúe las medidas cautelares para protegerse de las infecciones y que continúe realizándose pruebas cuando estén disponibles o cuando tengan síntomas. Eso nos permitirá identificar los focos de posibles contagios y proteger vidas durante los procesos de reaperturas, en el contexto de las variantes y conforme lleguemos a la inmunidad de rebaño”, finalizó Daniel Colón Ramos, presidente de la Coalición Científica de Puerto Rico.