En un fuerte rechazo a las políticas de la era de Donald Trump, el secretario de Estado Antony Blinken eliminó formalmente el martes una medida promovida por su predecesor para que la defensa de los derechos humanos en el extranjero por parte de Estados Unidos se limitara a las causas favorecidas por los conservadores, como la libertad religiosa y asuntos de propiedad, al tiempo que ignoraban los derechos reproductivos y de la comunidad LGBTQ.
Blinken dijo que un informe preparado para el exsecretario de Estado Mike Pompeo que trataba de reducir el número de libertades a las que se les da prioridad en la política exterior estadounidense era “desequilibrado”, no reflejaba las políticas del gobierno del presidente Joe Biden y no se usará para guiarlas. El informe de la Comisión de Derechos Inalienables de Pompeo había sido criticado duramente por grupos defensores de los derechos humanos.
“Uno de los principios centrales de los derechos humanos es que son universales. Todas las personas son acreedoras a estos derechos, sin importar dónde nacieron, lo que creen, a quién aman, o cualquier otra característica”, señaló Blinken. “Los derechos humanos también son iguales entre sí; no hay una jerarquía que haga que algunos derechos sean más importantes que otros”.
“Declaraciones desequilibradas del pasado que insinúan una jerarquía así, incluyendo las ofrecidas por una comisión asesora del Departamento de Estado disuelta recientemente, no representan un documento guía para este gobierno”, señaló. “En mi audiencia de confirmación prometí que el gobierno de Biden y (la vicepresidenta Kamala) Harris repudiaría esos puntos de vista desequilibrados. Lo hacemos hoy en forma decisiva”.
Blinken también revirtió una decisión del gobierno de Trump de retirar secciones sobre derechos reproductivos de los informes anuales del Departamento de Estado sobre derechos humanos en otros países. “Los derechos de las mujeres — incluyendo los derechos sexuales y reproductivos — son derechos humanos”, manifestó.
Activistas por los derechos humanos condenaron el informe de la comisión de Pompeo cuando éste lo dio a conocer el año pasado en medio de grandes fanfarrias de grupos religiosos y conservadores. El informe formaba parte de un plan más amplio del gobierno de Trump para restaurar la primacía de lo que algunos funcionarios consideran son los valores de los fundadores de la nación.
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