En medio de un repunte de contagios confirmados de Covid-19 y aumentos en las hospitalizaciones que recuerdan a los peores meses del año pasado, existe consenso entre la comunidad científica de que al gobierno se le está acabando el tiempo para actuar y evitar que, en las próximas semanas y meses, se registren cifras que comprometan el sistema hospitalario y deriven en más de una decena de muertes diarias a causa del peligroso virus.
“No es un secreto que esta Semana Mayor desafortunadamente no ha sido una semana de reflexión para muchos, ha sido más una semana de fiesta, y los videos que han circulado por ahí demuestran que probablemente vamos a estar viendo muchos más contagios en las semanas subsiguientes. Lo que queremos es que el trabajo que se ha hecho con las órdenes ejecutivas que han salido desde enero, bajo esta nueva administración, no se pierda”, dijo Marcos López Casillas, bioquímico y miembro de la Coalición Científica conformada por el gobernador Pedro Pierluisi.
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Culminada la Semana Santa, aún restan siete días de vigencia a la actual orden ejecutiva para atender la emergencia salubrista y tanto la Coalición Científica como el Sistema de Vigilancia escolar del Departamento de Salud ya han dejado plasmado por escrito la necesidad de reforzar las restricciones en el corto plazo.
Sin embargo, el sábado en la noche, el secretario designado de Salud, Carlos Mellado, descartó regresar, por dos semanas, de manera exclusiva a la enseñanza virtual, pese a la recomendación del Sistema de Vigilancia para el Sector Educativo de la agencia en un documento que incorporaba datos hasta el 1 de abril.
La jefatura del Departamento de Salud tampoco se ha expresado acerca de las recomendaciones esbozadas por la Coalición Científica el 2 de abril, y que incluyen restricciones adicionales a la capacidad de los restaurantes, observar estrictamente las medidas de salubridad en centros comerciales, extender el horario de toque de queda e implementar campañas agresivas sobre los riesgos de viajar, así como la necesidad de continuar las prácticas básicas de prevención, como el uso de mascarillas. En el informe se alerta de que, a base de la cantidad de casos que se están detectando actualmente, la cifra de muertes en las próximas semanas pudiera rondar las 16 diarias.
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“No hemos visto la respuesta esperada de parte del gobierno (a los informes). Una de las cosas que tenemos que entender es que, a pesar de que hay unos sistemas adicionales a los que teníamos el año pasado, como el proceso de vacunación que está en pie y protocolos implementados, los sistemas de vigilancia se crean precisamente para dar la voz de alerta y hacer recomendaciones que puedan evitar que entremos en una situación delicada. No obstante, parecería que lo que utilizamos es un sistema de conteo y colores para ver si estamos bien o mal y no hacemos nada al respecto”, planteó la doctora en Salud Pública Marysel Pagán.
Por las pasadas semanas, según se ha hecho patente el aumento de casos de Covid-19 y, consiguientemente, las hospitalizaciones y el uso de cuartos de intensivo y ventiladores, el gobernador Pierluisi ha rechazado impulsar medidas específicas, al insistir que los números aún se encuentran distantes del pico que se registró en diciembre pasado.
El 10 de ese mes, Puerto Rico amaneció con 657 personas hospitalizadas con Covid-19, mientras ayer el Departamento de Salud reportó la ocupación de 257 camas, junto a 56 adultos en intensivo y otros 30 respirando mediante un ventilador. El 19 de marzo, sin embargo, las cifras eran de 138, 17 y 21, respectivamente.
Paralelamente, la tasa de positividad, o el porcentaje de pruebas diagnósticas que identifican la presencia del virus, se ha duplicado, de menos de un 5% a cerca de un 10%, considerado un nivel alarmante.
El presidente del Colegio de Médicos, Víctor Ramos, advirtió que el acercamiento del primer ejecutivo, de traducirse en política pública, abre la puerta a que continuemos experimentando el aumento en las cifras y, en el peor de los casos, ver una repetición de lo que ocurrió en el último trimestre del 2020.
“En septiembre, los grupos médicos le dijeron que sí, estamos bajitos, pero la curva va hacia arriba, que era la curva de las primarias. Como los números estaban bajitos hicieron la apertura más grande en septiembre y eso nos llevó a noviembre y diciembre. No podemos esperar a estar en 600 (hospitalizados) para decir que vamos a cerrar, porque ciertamente hacia ahí vamos si no se toma acción ahora. Hay que educar a los componentes del gobierno, que no son del sector médico o científico”, señaló el pediatra.
En entrevista con Metro, Ramos fue cauteloso al opinar del hipotético cierre de las escuelas que han retomado la educación presencial, al recordar que los grupos de pediatras favorecen que los niños y jóvenes acudan a los planteles que cuenten con los debidos protocolos.
“Nos preocupa porque, independientemente de las recomendaciones del sistema de rastreo, el mismo protocolo de las escuelas establece que si uno de los niveles (indicadores) está en rojo (crítico), hay que cerrar todas las escuelas, así que eventualmente terminaría pasando comoquiera”, dijo Ramos.
“Hay que establecer, en medio del repunte, prioridades de qué es lo que queremos dejar abierto, si las escuelas u otros lugares. Los números están ahí, de dónde está contagiándose la gente. Los centros comerciales subieron al tercer lugar, subió de 6.7% a 13.8% la gente (contagiada) que mencionó que estuvo en un restaurante antes del positivo, que en gran medida no son empleados, sino comensales que se quitan la mascarilla”, agregó el médico.
López Casillas, en tanto, señaló que la Coalición Científica, al presentar su informe, no tenía a la mano datos que sugirieran que las escuelas pudieran representar un foco de contagio y, por ende, no se recomendó en el documento un cierre total o parcial de los centros educativos abiertos.
“Si los compañeros del sistema de monitoreo de escuelas indican que sus datos eso es lo que están arrojando, sin duda hay que tomarlo en consideración. Hay otras jurisdicciones que por menos de eso buscan y cierran escuelas y hacen contención. Yo creo que si se demuestra que el proceso que se está llevando en las escuelas, por lo menos en algunas, se está convirtiendo en uno que puede peligrar, hay que tomar una decisión para hacer esa contención y ver cómo lo podemos mejorar”, expresó el gerente de investigación del Fideicomiso de Salud Pública de Puerto Rico.
Pagán, por su parte, enfatizó que no debe partirse de la premisa de que la población escolar se encuentra a salvo, ya sea por tratarse de menores de edad que típicamente no se complican en caso de contagiarse, o empleadods que, de acuerdo con Salud, ya fueron vacunados en su mayoría.
“Las variantes nuevas, que el mismo secretario ha dicho que están en Puerto Rico y hay transmisión comunitaria, sí afectan a menores de edad de una forma distinta a lo que habíamos observado primordialmente. Esa declaración de que los menores no se afectan igual no es igual de cierta (que antes). Los ambientes escolares no solo tienen a los menores, sino que (se debe considerar) ese contexto familiar de ese menor, ese maestro y ese padre, que interactúan”, subrayó Pagán, al recordar que la vacunación contra el Covid-19 no se estableció como requisito para que docentes y no docentes regresaran al espacio laboral y que es incierto el efecto de las vacunas disponibles contra algunas variantes del virus, como la identificada en Brasil.