Brandi Levy, de 14 años, estaba teniendo un mal día y decidió compartir en Snapchat una imagen cargada de obscenidades, una acción que por increíble que parezca, llegó hasta la Corte Suprema de Estados Unidos en el caso más relevante de libertad de expresión estudiantil en más de 50 años.
El debate gira en torno a si las escuelas públicas pueden sancionar a los estudiantes por algo que hayan dicho fuera de sus instalaciones. El asunto resulta particularmente relevante en un periodo de enseñanza a distancia debido a la pandemia del coronavirus y una conciencia cada vez mayor de los efectos dañinos del acoso online.
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Los argumentos se plantearán el miércoles, vía telefónica a causa de la pandemia, ante una corte en la que varios jueces tienen hijos en edad escolar o los tuvieron hasta hace poco.
El caso tiene su origen en uno de la era de la guerra de Vietnam sobre una escuela secundaria en Des Moines, Iowa, que suspendió a estudiantes por portar brazaletes para protestar por el conflicto armado. En un fallo histórico, la Corte Suprema dio la razón a los estudiantes al declarar que los alumnos no “pierden sus derechos constitucionales de libertad de expresión en las puertas de la escuela”.
Desde entonces, las cortes han tenido que lidiar con los antecedentes de la decisión en el caso de Tinker v. Des Moines de 1969.
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Pero el caso de Levy no cuenta con ninguno de los nobles motivos de Tinker y es más que nada una rabieta adolescente.
Levy y una amiga se encontraban en una tienda de conveniencia en Mahonoy City, Pennsylvania, cuando ella recurrió a las redes sociales para expresar su frustración por tener que permanecer en el equipo de animación júnior de su escuela secundaria por otro año y no haber sido elegida para el equipo grande.
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En su publicación, Levy lanzó una diatriba cargada de obscenidades que acompañó con una foto en la que ella y una compañera de clases levantando el dedo medio.
El mensaje atrajo la atención de los entrenadores del equipo de animación, quienes suspendieron a Levy por un año.
Levy, ahora de 18 años, está por terminar su primer año en la universidad.
“Yo era una niña de 14 años. Estaba molesta, Estaba enfadada. Todos y cada uno de los niños de 14 años hablan así en algún momento”, afirmó en una entrevista con The Associated Press.