Un paseo siguiendo los pasos de Pablo Picasso en Montmartre; aspirar los aromas de Provenza; una caminata por las históricas playas del Día D: estos y los otros atractivos de Francia volverán a ser fácilmente accesibles para la mayoría de los turistas a partir de la próxima semana, siempre y cuando estén vacunados.
Francia vuelve a ser un destino para los turistas internacionales, pero sólo los que han sido vacunados contra el COVID-19. El gobierno anunció el viernes que eliminará la necesidad de hacerse la prueba para el coronavirus para los europeos vacunados. También permitirá que turistas vacunados de otras partes del mundo, como Estados Unidos, gran parte de Asia, África, el Medio Oriente y Norte y Centro América regresen, siempre y cuando tengan una prueba negativa.
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El relajamiento de normas empezará el miércoles, ofreciendo un estímulo al sector turístico francés. Para la guía turística francesa Linda Zenou, el regreso de turistas extranjeros no pudo ser más oportuno: los pagos de desempleo con los que ha sobrevivido durante la pandemia acabaron el mes pasado, lo que la dejó “sin más recursos, nada”. La mujer de 61 años no ha tenido turistas extranjeros para guiar desde que acompañó a un autobús de hispano y angloparlantes al Palacio de Versalles en febrero de 2020.
“Todos los días hay anuncios de que los estadounidenses, etcétera, regresan”, dijo. “Tomará tiempo asentarse y estoy desesperada, es difícil mantenerse positiva”.
El turismo en Francia todavía no estará permitido para países que batallan con aumentos del virus y variantes preocupantes. Hasta el momento, esta “lista roja” incluye a 16 países, entre ellos India, Sudáfrica y Brasil.
Los visitantes vacunados de los países “naranja” — entre ellos Estados Unidos y Gran Bretaña — no deberán permanecer en cuarentena al llegar y ya no tendrán que justificar los motivos de su viaje a Francia. Sin embargo, les pedirán pruebas PCR negativas de no antes de 72 horas o una prueba de antígenos negativa que no tenga más de 48 horas.