El expresidente y líder cubano Raúl Castro participó de una reunión del máximo órgano del Partido Comunista de Cuba para analizar la situación del país luego de una serie de manifestaciones antigubernamentales que sacudieron a la nación.
En tanto, La Habana seguía el martes con puntos fuertemente controlados por la policía como el Malecón y el Capitolio y el servicio de internet y de datos de celular continuaba sin funcionar, constató The Associated Press, pero no se informaron protestas como las ocurridas el domingo.
Castro -quien casi no aparece en público- acudió a la cita del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) que estuvo presidida por el mandatario y primer secretario del organismo político Miguel Díaz Canel, informó la página oficial Cubadebate.
Se analizaron “las provocaciones orquestadas por elementos contrarrevolucionarios, organizados y financiados desde Estados Unidos con propósitos desestabilizadores”, expresó el portal.
El general de Ejército no tiene cargos gubernamentales y desde abril dejó de ser el primer secretario del gobernante PCC pero es considerada la máxima figura de la generación histórica que hizo la revolución y por su propia trayectoria tiene peso político en la isla.
No se proporcionaron más detalles de la reunión que se produjo el lunes, un día después de que grupos de personas salieran a las calles en varios puntos de la capital y el país en protesta con demandas tan variadas como el desabastecimiento, las colas, los cortes de luz o cambios en el gobierno.
Te recomendamos:
- Cataño paga $4,500 mensuales en alquiler de guagua de lujo para el alcalde
- FEMA ha otorgado más de $700 mil para gastos fúnebres por COVID en Puerto Rico
- Salud reporta 56 personas hospitalizadas y 279 nuevos casos positivos de COVID-19
Se produjeron además hechos de vandalismo, destrucción de tiendas, ataques a patrullas policiales y detenciones violentas.
Las autoridades y el propio PCC movilizaron a sus simpatizantes, que salieron a contrarrestar a los opositores y demostrar la “firmeza de la revolución”, dijeron, lo que también terminó en enfrentamientos en algunos puntos.
Por su parte, los obispos católicos dieron a conocer un llamamiento para evitar la violencia.
“Entendemos que el gobierno tiene responsabilidades y ha tratado de tomar medidas para paliar las referidas dificultades, pero también comprendemos que el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas”, expresó un documento de la jerarquía católica de la isla.
Es necesario ejercitar “la escucha mutua” y evitar la violencia pues “la agresividad de hoy abre heridas y alimenta rencores para mañana que costará mucho trabajo superar, por eso invitamos a todos a no incentivar la situación de crisis”, agregaron los obispos.
Cuba acusó a Estados Unidos y los grupos anticastristas de Miami de orquestar y financiar campañas usando las redes sociales para derrocar a la revolución, amparándose en la difícil situación del país.
La crisis económica ocasionada por las sanciones endurecidas por el expresidente estadounidenses Donald Trump para presionar un cambio de modelo político se conjugaron con los dramáticos efectos de la pandemia del nuevo coronavirus que tiene casi paralizada a la isla.
Además, en las últimas semanas y a pesar del éxito de las vacunas de producción cubana, se produjo un rebrote de COVID-19 -especialmente en la provincia central de Matanzas-. Desde que se detectaron los primeros casos en marzo de 2020 a la fecha, se han sumado en el país más de 250.500 contagios y 1.608 fallecidos.