El secretario de Justicia Merrick Garland oficialmente prohibió que los fiscales federales obtener las comunicaciones de periodistas en investigaciones sobre datos filtrados, con excepciones limitadas, revirtiendo políticas que llevaban años.
La nueva política básicamente confirma lo anunciado por Garland en junio, cuando prometió que el Departamento de Justicia abandonará la práctica de confiscar las comunicaciones de periodistas en investigaciones sobre filtraciones.
Es un intento por resolver un tema políticamente espinoso, de respetar el derecho a la libertad de prensa y al mismo tiempo cumplir con la responsabilidad del gobierno de proteger la información confidencial.