Hasta el 10 de agosto, el Departamento de la Familia había recibido 8,543 referidos de maltrato, lo que equivale aproximadamente a 266 referidos a la semana. Esto representa un aumento frente al total de casos querellados el año pasado a través de la línea de apoyo de la agencia, unos 10,874, que promedian 209 semanales.
Esto no implica que todos los referidos son fundamentados o que terminan en algún tipo de intervención más allá de una investigación. Aunque al cierre de esta edición Familia no había precisado cuántos han sido fundamentados, Noticel reportó que al 16 de junio de 2021, se había encontrado posible evidencia de maltrato en 624 de 6,221, apenas un 10 % de las denuncia. No queda claro cuantos, entre el resto de los casos, estaban entonces bajo investigación o se había descartado que el niño o la niña estuviera en peligro o en un ambiente de violencia.
PUBLICIDAD
Los recientes casos de abuso y homicidios de niños asesinados por familiares cercanos, incluyendo a un niño de 8 años en Aguas Buenas, un niño de 2 años en Humacao, y una bebé de 11 días con fractura craneal y sangrado interno, no solo han conmocionado al País, sino que han vuelto a poner la lupa sobre las agencias cuya responsabilidad es proteger a la ciudadanía, y particularmente a la niñez y la juventud.
“Es momento de asumir una autocritica responsable desde los sistemas que están llamados a proteger a la niñez en el país, evaluar qué fue lo que falló en el sistema y hacer ajustes para que esto no vuelva a pasar”, dijo a Metro Puerto Rico Marcos Santana, presidente de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud.
Después de todo, destacó Santana luego de ofrecer su pésame y solidaridad a las familias afectadas recientemente, el evento final de violencia es “la punta del iceberg“, aduciendo a que para evitar más casos lamentables es necesario observar cuáles son los eventos y condiciones que provocan este tipo de crímenes para que se puedan prevenir y atender desde la raíz.
Entre varias observaciones, el experto destacó que la fragmentación de los servicios públicos que atienden un caso de violencia intrafamiliar perjudica los procesos. “Como funciona es que el Departamento de la Familia interviene cuando recibe una alerta, una querella, y luego de investigar y determinar que hay riesgo para ese menor toma la decisión de pedirle al tribunal que le otorgue una custodia de emergencia”, explicó.
“Lo cierto es que una de las fallas grandes en muchos de los casos es la falta de integración de las agencias, que trabajan sus procesos de manera diluida, separada, y muchas veces no se comunican entre sí. Y eso, uno de los efectos es lo que estamos viendo hoy, que los casos se ven impactados porque alguien no entregó un informe o una agencia no se comunicó con la otra.
PUBLICIDAD
Además sugirió que hace falta evaluar el acercamiento general del sistema, que se enfoca en “te quito al niño” en lugar de enfocarse en proveer apoyos a la familia “si el escenario lo proveía”. En el caso del niño de Aguas Buenas, retirado de su hogar por alegaciones de que un tío cometió agresiones sexuales en su contra, “cómo la mamá puede tener o cómo se le puede potenciar su capacidad protectora”.
Muchos de los referidos ocurren a través de las escuelas ya que maestros y personal observan patrones o banderas rojas de maltrato. Esto podría sugerir que el inicio del año escolar de forma presencial podría aportar al número de referidos.
