Miles de migrantes haitianos se han congregado bajo y alrededor de un puente en una pequeña ciudad fronteriza de Texas, presentando el viernes un nuevo y caótico desafío al gobierno de Biden en su intento de gestionar el gran número de solicitantes de asilo que han llegado a suelo estadounidense.
Los haitianos cruzaban el Río Bravo (o Grande) libremente y en un flujo constante, yendo y viniendo entre Estados Unidos y México a través de aguas que les llegaban hasta las rodillas, algunos de ellos con niños pequeños sobre los hombros. Al no poder comprar provisiones en Estados Unidos, regresaron brevemente a México en busca de alimentos y cartones para establecerse, al menos temporalmente, debajo o cerca del puente en Del Río, una ciudad de 35.000 habitantes que se ha visto gravemente afectada por los flujos de migrantes en los últimos meses.
La gran mayoría de los 12.000 migrantes que se calcula estaban en el puente el viernes eran haitianos, dijo el juez del condado de Val Verde, Lewis Owens, quien es el principal funcionario electo del condado y cuya jurisdicción incluye a Del Rio. Algunas familias llevan hasta seis días bajo el puente.
Algunos migrantes construyeron refugios en forma de cueva dentro de los juncos a lo largo del río, dijo Owens. Había pilas de basura de 3 metros (10 pies) de ancho y al menos dos mujeres han dado a luz, incluida una que dio positivo a COVID-19 tras ser llevada a un hospital, dijo.
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Los haitianos han estado migrando hacia Estados Unidos en gran número desde América del Sur durante varios años, muchos de ellos después de un devastador terremoto en 2010 en la nación caribeña. Después de que se agotaran los puestos de trabajo desde los Juegos Olímpicos de Verano de 2016 en Río de Janeiro, muchos hicieron el peligroso viaje a pie, en autobús y en coche hasta la frontera con Estados Unidos, incluso a través del infame Darién, una zona selvática panameña.
No está claro cómo se ha acumulado un número tan grande con tanta rapidez, aunque muchos haitianos se han reunido en campamentos en el lado mexicano de la frontera para esperar mientras deciden si intentan entrar en Estados Unidos.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos no respondió de momento a una solicitud de comentarios. “Lo abordaremos como corresponde”, dijo Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, en la cadena MSNBC.