México inició el miércoles los vuelos para devolver migrantes a Haití con un grupo de 70 personas que fueron trasladadas desde Villahermosa, Tabasco, en el sureste del país, a Puerto Príncipe.
Según explicó el gobierno en un comunicado, eran migrantes asentados en Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo y Tabasco; 41 son hombres, 16 mujeres y 13 menores de edad que aceptaron un “retorno asistido voluntario”.
El inicio de estos vuelos tiene lugar una semana después de que más de 14.000 migrantes haitianos formaran un campamento junto al río Bravo en una remota localidad de Texas, que puso en jaque a los gobiernos de Estados Unidos y México.
Para finales de la semana pasada los migrantes que estaba en Del Río (Texas) y en el lado mexicano de la frontera, en Ciudad Acuña, ya habían sido desalojados.
México comenzó la semana pasada a retirar por vía terrestre y aérea a los haitianos acampados en Acuña para trasladarlos a localidades del sur (Tapachula y Villahermosa) mientras Estados Unidos iniciaba los vuelos de repatriación de muchos de los migrantes a Haití y otra gran cantidad quedaron liberados en territorio estadounidense.
En paralelo, miles de haitianos más se acumulaban en Tapachula, en la frontera con Guatemala, donde la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) abrió un centro para la atención masiva de solicitantes de asilo en un estadio olímpico donde se confiaba en atender a unas 2.000 personas diariamente.
La mayoría de haitianos quieren permisos con los que puedan trabajar temporalmente en México aunque a su destino a medio plazo sea Estados Unidos. El gobierno mexicano dijo la semana pasada que eran bienvenidos al país pero regularizados. Este año, 19.000 haitianos pidieron refugio en México y miles más se encontraban en tránsito desde Sudamérica.
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El problema es que la entidad oficial que hace ese trámite, la COMAR, esta desbordada, sobre todo en Tapachula, la ciudad que recibe el 75% de las casi 80.000 peticiones de refugio que ha recibido México en total este año. La apertura de las nuevas instalaciones podría desahogar parte de la presión que se ha vivido en esa localidad en las últimas semanas con cientos de migrantes protestando por la lentitud de sus trámites.
Una autoridad federal explicó a AP la semana pasada que las devoluciones de haitianos comenzarían con los que voluntariamente quieran regresar y aquellos que están en una situación irregular porque no han solicitado refugio y que se encuentran ya en los centros de detención migratoria.
La frecuencia de las devoluciones desde México, que casi había paralizado el retorno de haitianos (sólo repatrió a 85 de enero a julio de este año), dependerá de la agilidad con que los diplomáticos de Haití puedan certificar la ciudadanía de esas personas, agregó dicha autoridad.
Desde hace más de una semana y ante la situación que se creó en la frontera con Estados Unidos, autoridades de México y Haití mantienen abierta una mesa de diálogo en la que además de los vuelos para las devoluciones se comenzó a hablar de atender las causas que provocan la salida de migrantes del país caribeño y de incorporar en las conversaciones a países como Chile y Brasil, de donde partieron gran número de los haitianos que han llegado a México.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en invertir en proyectos de desarrollo en los países origen de la migración. “Hay que atender el fondo”, reiteró el pasado viernes. “No queremos que México sea un campamento de migrantes”.