Los legisladores franceses respaldaron unánimemente un proyecto de ley que prohibiría la llamada terapia de conversión y que autorizaría castigar con cárcel y multas a quienes utilizan esas prácticas descalificadas por la ciencia para tratar de cambiar la orientación sexual o la identidad de género de las personas LGBTQ.
La cámara baja aprobó 115-0 el proyecto de ley presentado por miembros del partido del presidente Emmanuel Macron. El texto, que tiene el respaldo del gobierno, pasó a la cámara alta.
“Las terapias de conversión son deplorables”, dijo el ministro de Salud, Olivier Veran. “Provocan sufrimientos terribles”.
Veran usó un tuit que incluyó el hashtag “RienÀGuérir”, que significa nada que curar y que los partidarios del proyecto utilizan en línea.
La ley incluye penas para las personas condenadas de tratar de “convertir” a gente LGBTQ a la heterosexualidad o a las expectativas tradicionales de género.
Las penas serían de hasta dos años de cárcel y multas de 30.000 euros (34.600 dólares). Aumentarían a tres años y 45.000 euros (52.000 dólares) si las víctimas fueran menores de edad o particularmente vulnerables.
Las terapias que intentan modificar la orientación sexual ya están prohibidas en varios estados de Estados Unidos y Puerto Rico.